Este poema fue inspirado por una persona a la cual yo quise mucho, cometió tantos errores, los que ahora paga con creces lamentablemente. Sin embargo todos merecemos el perdón, todos merecemos ser perdonados. El don del perdón es algo que debemos practicar siempre, y no podrir nuestra alma con rencores.Ahora el sufrimiento llena el alma de esta persona, el dolor físico y psicológico. Sin embargo yo le doy todo mi perdón, toda mi comprensión y compasión.
Un súbito deseo del alma
desgarra el corazón,
brota de tus labios el perdón
te renueva y te trae calma.
Se unde mi cuerpo en el fango,
Pútrido temor inquietante
las manos llenas de frío
y el cuepro lleno de hambre.
La humildad te guia ahora,
la desdicha te acompaña
la desesperación te acosa
y la soledad te mata.
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