Perros peligrosos y dueños irresponsables. El hambre y las ganas de comer.

Periódicamente el debate por los perros peligrosos sale a la luz. En parte porque es un tema recurrente que no se soluciona y en parte porque la noticia de la trágica  muerte de un niño por el ataque de un perro garantiza que cualquiera preste atención al medio de comunicación que esté glosando la noticia.
En este debate el que menos culpa de todos tiene es el perro, que sigue su instinto o lo que le haya enseñado a hacer su dueño. El hacer un catálogo de razas peligrosas es una medida que sólo busca tranquilizar la conciencia de los responsables de la administración. De hecho en cada comunidad autónoma se catalogan como peligrosas unas razas  que en otras no se consideran así. Por ejemplo el bóxer en Cantabria sí que es peligroso, pero en Andalucía no lo es...y en este caso no creo que se deba a que el clima templado andaluz dulcifique el carácter del animal, o que la pertinaz lluvia saque de sus casillas al can.
Hay ocasiones en las que el perro no tiene dueño que le controle o éste no está capacitado para asumir tal responsabilidad. El examen psicotécnico que acredita que estás capacitado para tener un perro potencialmente peligroso lo pasaría hasta un chimpancé borracho, siempre que tuviera el dinero suficiente para pagar lo que piden por el papel. Todo se basa en tener papeles escritos y pagar tasas que justifiquen la legalidad vigente, sin comprobar que lo que está en los papeles se parece a la realidad.
Las víctimas de los ataques la mayoría de las veces son elementos pasivos que sin intención ninguna se convierten en un juguete de trapo atrapado en las mandíbulas de un perro que puede matar con la misma facilidad con al que tú abres un tetrabrik de leche. En otras ocasiones es la víctima la que actúa con temeridad. Pero incluso en tales circunstancias es el responsable del animal el que tiene que tener prevista la ignorancia o la osadía de las personas que se puedan acercarse al perro.
En cuanto a los niños hay que tener un millón de ojos más uno encima de ellos. La curiosidad innata de un infante puede llevarle a situaciones peligrosas, por eso me asombra cuando veo a alguien que canturreando le dice al niño "mira, que no pasa nada", llevando la mano de un infante a la boca a un perro. Aunque el perro sea un tímido Yorkshire, el niño puede terminar asociando el hecho de meter la mano en la boca de un perro a un pasatiempo divertido. Así que no tendrá ningún inconveniente en ir con la mano por delante acercándose a cualquier can, y si tiene la fortuna de conservar todos los dedos, quizás el día que se aleje del padre y vea un cocodrilo en el zoo podría saltar la vaya y meterle la mano en las fauces del saurio, porque  podría parecerle divertido . Qué será lo próximo que le enseñe su progenitor, ¿A mirar sus emails mientras conduce? ¿a encender cerillas en mitad de un bosque? o ¿a bailar jotas en la vía de la AVE? ... si no pasa nada.
En este asunto hay varios factores que por separado pueden no ser excesivamente peligrosos, pero si juntamos un perro fuerte y con instinto de lucha con un propietario irresponsable, se nos suma el hambre y las ganas de comer. Sólo es cuestión de tiempo que haya una víctima. No hace falta que sea alguien irresponsable o despistado, incluso el tío la vara puede sucumbir ante el ataque de un perro descontrolado.
Yo soy consciente de mis limitaciones y tengo un par de chihuahuas. No llegan a los cinco kilogramos de peso, así que me los puedo llevar incluso en un avión. Sólo tengo que preocuparme de que no se los lleve el viento, de que no acaben en las fauces de otro perro de los que van sueltos porque no hacen nada y aunque sé que a mi lo único que me pueden hacer en una mala tarde es descoserme el bajo de los pantalones, les llevo atados y voy pendiente de que no se avalance sobre ellos ningún niño pequeño para evitar que se pueda llevar un arañazo, un lengüetazo o un susto.
Si no estás capacitado para ser responsable de un animal lleno de dientes, más fuerte que tú y casi igual de inteligente, adopta una iguana; que también tiene dientes, pero se la ve venir de lejos y no tienes que salir con ella a la calle. Aunque la iguana tampoco tiene la culpa de nada, así que es mucho más recomendable dedicarse a la cría en cautividad de piojos chillones.
keagustitomekedao