Pintura:Marcela Gutiérrez.
Tras su cara desencajada, en el fondo de sus rasgos repentinamente crispados, Mirna percibió la capacidad de Lena para salir adelante, aunque ella todavia no lo había descubierto. Que su marid la dejara era para ella inconcebible y lo seguiriía siendo durante bastante tiempo. Lena se aferraba a una pena que la asediaba desde todas partes, todo el rato. Su existencia estaba fuera de toda realidad, porque en esos momentos la realidad era insoportable.
La cosa todavía iría a peor, pero al final, cuando llegara el momento, le sería posible volver a vivir. Entonces vendría la verdadera tristeza, esa que no se pasa nunca y que no puede compartirse con nadie. Esa pena que le permitiría seguir viviendo y riendo, quizás incluso volver a casarse, pero que sin embargo no la abandonaría nunca.
Fragmento de :El castigo
Anne Holt