
Existen personas que tiene la mentira por costumbre, de hecho, casi por estadística todos conocemos a una. No suelen reconocer que tienen este hábito ya que está condenado socialmente, pero lo cierto es que lo han perfeccionado con mucha práctica. Además, internamente entienden que la mentira puede ser un recurso, igual de válido que otros, cuando no daña a nadie si no es descubierta.Quizás a nosotros ya no nos engañen, porque les conocemos desde hace tiempo pero sí que tienen habilidad para engañar a las personas que acaban de conocer o con las que se encuentran de manera circunstancial. Saben que cuantos menos detalles den mejor, saben esconder el rostro para que no les delate y saben que una de sus principales aliadas es la ambigüedad.Por otro lado, parece que quienes se acostumbran a mezclar la realidad con la fantasía, terminan difuminado en su mente realmente los límites que las diferencian. Se acostumbran a tratar a las dos por igual, ya que en su vida habita tanto una como otra.
De mentira piadosa a mentira compulsiva
Desde que somos pequeños nos han dicho que si mentimos “nos crecerá la nariz como a Pinocho” y que es un pecado muy grande no decir la verdad. No es extraño que cuando crecemos, abracemos la teoría de que una pequeña mentira “no le hace daño a nadie” y y que vayamos poco a poco y sutilmente cambiando nuestra definición de verdad.En esta evolución, hay personas que llegan a sobrepasar los límites que podíamos considerar “normales” y se convierten en mentirosos sin control. Entonces, muchas preguntas aparecen: ¿lo hacen a propósito?, ¿se dan cuenta de sus dichos falaces?, ¿están al tanto del daño que producen en los demás? Lamentablemente, en la mayoría de los casos no. Y lo peor de todo es que si intentamos ayudarles, nos rechazarán o harán su mentira aún más grande.
¿Cómo saber si alguien miente patológicamente?
Más allá de los casos escenificados en la gran pantalla o que descubren los medios de comunicación, lo cierto es que podemos estar frente a un mitómano* sin darnos cuenta. ¿Cómo podemos detectar a alguien que nos miente “descaradamente”? Quizás al principio sea algo difícil y necesitemos de un dato extraño o que no encaje en la historia para dejar de creer en sus palabras.Es bueno saber que un mentiroso patológico no tiene control sobre lo que dice y tampoco sobre los efectos que sus falacias causan en los otros. Las mentiras son generalizadas, desproporcionadas, persistentes y la mayor parte de ellas, espontáneas y poco meditadas.Por ejemplo, podemos identificar a alguien padece este trastorno si cambia sus historias continuamente, se desdice de algo que expresó en el pasado o exagera mucho sus relatos (como en el caso del taxista – agente secreto de la CIA). A su vez, es probable que tenga una versión más espectacular de los hechos pasados, viva en una realidad paralela y no sea capaz de responder a las contradicciones exponiendo como motivo fallos en su memoria.