Revista Talentos

Perspectivas

Publicado el 29 marzo 2015 por Isabel Topham
─ Señoría…El juez le mira curiosamente, y sin mediar palabra le concede el permiso para hablar dando un golpe en la mesa. Llevaba puesta una túnica negra, y portaba una llamativa pulsera en la mano izquierda junto al bazo con el que se llevaba el silencio de la sala, como el respeto del acusado.─ Éramos muy buenos amigos, para mí, era mi hermano (no de sangre); e incluso le regalé un billete de ida y vuelta para dos personas, quería disfrutar de la estancia en la ciudad de mis sueños con la persona de mi vida… y, ¿ahora? Ahora ya no está ─finge llorar. ─ Ya…Todos los que estaban presente en la sala, tomaron conciencia. Se callaron, y el juez me hizo gesto para que continuara hablando. No pude esconder una última lágrima que, me puse a llorar allí mismo, delante de todos; fingiendo normalidad. O, al menos, fingiendo no saber nada de lo que estaba pasando mientras hacía tiempo para recuperar el hilo de la conversación, la voz y volver a mi día a día.─ No supe cómo reaccionar cuando lo vi allí tirado, en medio de la habitación, inundándola con casi toda la sangre de su cuerpo. Me rendí, y me arrodillé a su cuerpo, aunque fuese la última vez que pudiese abrazarlo. Apenas sucedió en cuestión de segundos todo, y no pude asimilar la realidad que lo primero que hice, velando por la seguridad de todos, fue llamar a 091, a la ambulancia, y a cualquiera que me pudiese ayudar o indicarme qué hacer. ─ Entiendo. Siga, por favor.─ Pues…─ ¿Qué estabas haciendo antes de que sucediese todo? ─ preguntó el abogado que defendía a los familiares afectados de la víctima.─ Mirando al juez, cabizbajo, y con las manos en los bolsillos jugueteando a su vez con sus pies; para que éste le devolviese la palabra, continuó diciendo ─ esto… me gustaría empezar por el principio… ¿puedo?─ Sí. ─ Llevamos un par de meses planeando una tarde juntos, viendo una peli los dos juntos acurrucados entre nosotros, y olvidando por un momento lo que ocurriese fuera de nuestra relación. Se nos fue de las manos, y llegamos a hacer más de las locuras planeadas. Aunque, todas ellas eran pequeños detalles que pasasen desapercibidos ante cualquiera pero, queríamos darnos el privilegio de vivirlos y ser feliz con lo poco que tuviésemos. No fuimos capaces de terminar de ver la película, siendo consciente de lo que sucedía en ella. Teníamos la necesidad de experimentar cada detalle que sucediese, por loco que pareciera. Sin embargo, y mientras él seguía bailando en el salón yo me dirigí hacia la cocina para coger más comida y algo de beber. Cogí un cuchillo de pico y, a los pocos minutos de posarlo sobre la pata de cerdo para tener más jamón que comer, entró inesperadamente en la cocina con algún que otro jueguecito de los suyos para asustarme, asustándome y soltando casi por inercia, e inconscientemente, el cuchillo revoloteando por los aires y rozando su pecho, justo por el pico, cortándole; y, seguidamente, lo vi tendido en el suelo esparciendo parte de su sangre por ahí.─ …─  Juro que fue así. No me invento nada, le quiero (o quería) demasiado como para hacerle daño. ─ Corroboré diciendo al ver que ya había perdido el juicio si no convencía a parte del jurado, o al juez.─ En cuanto entré, nervioso por la puerta debido a los llantos y gritos que pude escuchar desde mi piso, te encontré arrodilla al cuerpo del difunto con un cuchillo en la mano con intenciones de matarle más de lo muerto que ya estaba. ─ Dijo un vecino del bloque en el que vivía la víctima.─ Emm… creo que no. Tan sólo sostuve el cuchillo por el mango con el fin de que no le volviese a golpear de nuevo. El cuchillo cayó a los pocos segundos después que él ya se encontrase tendido en el suelo, si no llego a impedir que eso sucediera. Me encontré tal cual lo cogí en el momento que pude verte detrás, observando con cautela e incredulidad la escena, no pude reaccionar y supuse que a pesar de mi inocencia me llevarían a juicio y, me encarcelarían. Lo peor de todo es que no estaría él para volverle a ver, lo único que deseé en ese momento fue que volviese a abrir los ojos. ─ …─Al acusado se le declara…

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