Perspectivas rotas

Cerca del mar, entre las cañas y la maleza que afloraba salvajemente tras las dunas, descubrí un sendero estrecho que bordeaba un muro alto. Aunque no encontré a nadie, parecía bastante transitado, a la vista de las numerosas huellas en el suelo. Había un agujero del tamaño de una rueda. Me colé. En este lado no se notaba la brisa de la mañana. Mis pisadas sobre los escombros quebraban el silencio del lugar, instalado, como el polvo, sobre las ruinas. Un conjunto de restos edificados circundaban un gran espacio central. Las perspectivas que tanto costaron de proyectarse se estaban rompiendo. Incluso los numerosos grafitis y mensajes obscenos pintados sobre las paredes ya se habían descompuesto. Anduve por todas partes explorando cualquier rincón. Anhelaba que detrás de cada sombra se manifestara ante mí algún secreto impredecible, algún indicio que hablara sobre los destinos de aquel recinto. No hubo suerte. Aun así, traté de restituir con la imaginación el tránsito de gentes y la actividad frenética que, seguro, en algún momento gobernó aquello. El vacío, ahora, había sustituido al ritmo.
Antes de escaparme, hice una última foto.
Referenciashttp://www.vakawapa.es
RUINAS