Lo cierto es que todo comenzó cuando un ya olvidado verano del 67, el padrino del blues blanco John Mayall, decide despedir de los Bluesbreakers a John McVie (bajo) y Mick Fleetwood (batería), dada su pasión desmedida por el alcohol. Casi al mismo tiempo, también “invita” a irse al guitarrista Peter Green, ya que por aquella época, Eric Clapton optaba por retornar a los Bluesbreakers.
En 1967 y asociado con Jeremy Spencer, el legendario Peter Green fundaba “Fleetwood Mac”, una de las formaciones de blues más influyentes que ha visto nacer la historia musical contemporánea. Podemos considerar a Fleetwood Mac, como una banda camaleónica, ya que a lo largo de su longeva carrera, han sufrido constantes cambios en su alineación, siendo uno de los más representativos la incorporación del guitarrista Daniel Kirwan en 1970.
Otro de los factores que provocó una gran conmoción entre sus miembros, fue la enfermedad mental del guitarrista británico Peter Green, su líder indiscutible. Los fuertes brotes esquizofrénicos que Green padecía, junto a su tremenda adicción al LSD, le hicieron cometer auténticas excentricidades, como dejar la música y ponerse a trabajar de camarero, declarar el dinero como “maldito”, odiar profundamente la fama, deshacerse de toda su fortuna y cederla a la iglesia, o tratar de convencer a sus compañeros de Fleetwood Mac para que hicieran exactamente lo mismo. Según el testimonio del propio Peter Green, el motivo de todo esto fue porque “tuve un viaje y nunca regresé”.
A raíz de esta difícil situación, Peter Green abandona Fleetwood Mac en 1970, pero no se fue sin antes dejarnos obras memorables, como este sensacional álbum de debut al que bautizó como “Peter Green’s Fleetwood Mac”. Con este disco, Green y sus Fleetwood Mac obtienen un enorme éxito en el Reino Unido, colocándose rápidamente en los primeros puestos de las listas musicales de la época. Y así de esta manera, ya había comenzado la leyenda de Fleetwood Mac y el magistral guitarrista Peter Green, aquel que pudo situarse en el olimpo al lado de mitos de la talla de Jimi Hendrix o Eric Clapton, pero lo tiraría todo por la borda…
Centrándonos en el álbum, fue producido por Mike Vernon y publicado por el sello Blue Horizon en 1968, consta de 12 pistas y a excepción de un par de versiones, todas ellas son propiedad del dúo Peter Green / Jeremy Spencer.
Como ya es costumbre, haremos una mención especial a los integrantes que hicieron posible este espléndido trabajo: Peter Green (guitarra, voz y armónica), Jeremy Spencer (voz, guitarra slide, piano), John McViey Bob Brunning (bajo) y Mick Fleetwood (batería). Algunos de ellos, como el bajista John McVie o Peter Green, procedentes de bandas fundamentales como los Blues Breakers de John Mayall.
Abre el disco en su cara 1 y sentiremos la atmósfera blusera con “My Heart Beat Like a Hammer”, en el que la espectacular guitarra de Green y la voz de Spencer cobran un protagonismo mayúsculo. Siguen con el ritmo relajado que imprimen a una bella balada llamada “Merry-Go-Round”, para acabar contagiándonos con los pegadizos ritmos de” Long Grey Mare”, gracias a su excelente armónica.
También nos encontraremos otros temas realmente curiosos, como el caso del emotivo “Hellhound On My Trail”, invadido por un buen piano… mejor escucharlo. Llegará la extraordinaria versión del “Shake Your Moneymaker”, perteneciente al bluesman Elmore James y ya nos van preparando para lo que viene después. Cierran la primera parte con un suave “Looking for Somebody”.
La cara 2 empieza con toda la fuerza del blues, reflejada en “No Place To Go”, de Howlin’ Wolf. Otros cortes esenciales son “My Baby’s Good To Me”, impresionantes sus guitarras, la sensación de calma mostrada en “I Loved Another Woman”, un magnífico “Cold Black Night”, para pasar a un antológico “The World Keep On Turning”, en dónde Peter Green nos demuestra el porqué de su grandeza, para finalizar con el “Got To Move” de Elmore James.
Y así concluye esta primera aventura musical cortesía de los Fleetwood Mac, en sus inicios caballeros del blues, que décadas después se decantaban por otros géneros tan diferentes como el pop.
Internado en un psiquiátrico de Londres, la carrera de Peter Green, “el único hombre que hizo sudar a B.B. King”, esta marcada por altibajos y por su imprevisible carácter derivado de su esquizofrenia. Genio musical de una altura sin precedentes, escribió clásicos del rock como “Black Magic Woman”, canción eterna que posteriormente popularizaba el guitarrista mexicano Carlos Santana.
A nuestro juicio, entre los temas de este “Peter Green’s Fleetwood Mac”, no hay puntos culminantes, ni momentos álgidos, ya que el virtuosismo incontestable de uno de los guitarristas de blues más importantes del siglo XX, lo rodea en su totalidad.