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"La noción de que nuestro trabajo es parte integral de lo que logramos nos lleva a los límites nuestras meditaciones sobre el valor de una obra de arte".
Peter Zumthor
El Museo Kolumba en Colonia, Alemania, es una obra notable del arquitecto suizo Peter Zumthor, ganador de premio Pritzker. En una muestra de maestría y sensibilidad, el arquitecto logra fusionar las ruinas de una iglesia católica destruida con una arquitectura moderna, sobria, minimalista y altamente sensible al tema que acoge: el arte religioso.
ANTECEDENTES
Una iglesia dedicada a Santa Columba, ubicada relativamente cerca a la soberbia catedral de Colonia, solía ser la iglesia más importante de la diócesis. Lamentablemente, la iglesia quedó totalmente devastada durante los bombardeos aliados que redujeron a la ciudad en ruinas durante la Segunda Guerra Mundial, a excepción de una antigua imagen gótica de la Virgen ubicada en un pilar, que sobrevivió intacta.
Esta imagen, denominada “la Madonna de las Ruinas” fue considerada para muchos un símbolo de esperanza durante los dolorosos y difíciles años de reconstrucción efectuada en la post-guerra.
De hecho, una capilla de base octogonal, diseñada por Gottfried Böhm en 1950, fue construida para honrar a la imagen de la Virgen. Un precioso valor histórico fue añadido a la importancia simbólica del lugar, cuando en 1973 se descubrieron ruinas romanas, góticas y medievales bajo la antigua iglesia.
Por esta razón, la asociación Kolumba, que mantiene una gran colección de arte cristiano (que va desde un retrato de la nuera del emperador Tiberio en el siglo I hasta nuestros días) encargó en 1997 un concurso en el que se pusiera en valor la antigua iglesia y al mismo tiempo un espacio que permita mostrar su colección de forma más holgada, en un área de 1,600 m2.
LA PROPUESTA
Peter Zumthor fue ganador del concurso presentando una propuesta ambiciosa y sutil al mismo tiempo: el edificio envuelve totalmente las ruinas de la iglesia y de hecho se fusiona con ellas y utiliza el nivel superior así como un ala lateral para albergar las áreas de exhibición. El edificio se construyó entre el 2003 al 2007.
Externamente, el edificio se caracteriza por su masividad, apostando por un juego volumétrico sencillo y severo, de colores cálidos y se integra por ende tanto a su contexto urbano como al sitio histórico donde se emplaza.
Sin embargo, a pesar de su masividad, el edificio se rodea de áreas de jardines que permiten una permeabilidad espacial dentro de la fábrica urbana.
La textura de delgado ladrillo gris, hecho a mano por Petersen Tegl de Dinamarca, atrapa los restos de la antigua capilla logrando una integración entre lo nuevo y lo antiguo.
Parte del éxito en esta fusión radica en la simpleza de la forma, el color y el material con que se enmarcan los estilísticos fragmentos góticos.
Detalle de las escaleras posteriores. Foto cortesía de dorena.
Además de esta antigua arquitectura gótica empotrada en la fachada del nuevo edificio, llaman la atención las perforaciones practicadas en la fachada, conformando una especie de celosía hecha sobre la base de la trama de los propios ladrillos. Este efecto aligera la percepción masiva del volumen, tanto en uno de los costados como en la esquina, donde el edificio ha sido jerarquizado con una mayor altura.
Es sin embargo al interior donde el trabajo de Zumthor puede ser valorado en mayor integridad. El arquitecto ha envuelto tanto la capilla octogonal como las ruinas romanas con una doble altura soportada por finas columnas metálicas, de modo que genera un espacio monumental, dramáticamente iluminado por la celosía que filtra la luz indirecta. Este efecto me recuerda al usado por Luis Barragán en su Capilla de las Capuchinas en México.
Foto cortesía José Fernando Vásquez
Además de la capilla, el edificio incluye 16 salas de exhibición dispuestas en tres niveles, incluyendo uno sobre la iglesia. En ellas se acogen obras de arte religioso antiguo y contemporáneo, incluyendo algunos libros de arte sacro.
El recorrido de estas salas se ve amenizado por grandes ventanales en los que el arquitecto enmarca vistas del soberbio paisaje urbano circundante, reflejado además en el piso blanco pulido de estos ambientes.
El edificio también abre sus vistas a algunos patios, donde un sereno minimalismo zen acoge obras de escultores famosos como Richard Serra y Josef Wolf.
En suma, tanto en la forma, el material y el uso de la luz, el arquitecto logra imbuir al museo de un aire de serenidad y meditación, que si bien es perfectamente propicio para el arte católico que alberga, trasciende los límites de cualquier religión para imbuir al visitante de una atmósfera de espiritualidad alejada del bullicio mundano de la ciudad.
"Los dibujos arquitectónicos tratan de expresar el aura del edificio en su sitio tan fielmente como sea posible. Pero precisamente el esfuerzo de esta representación a menudo sirve para subrayar la ausencia del objeto en sí, y lo que emerge es la deficiencia de culaquier tipo de representación, curiosamente acerca de la realidad que promete, y tal vez -si la promesa tiene el poder de conmovernos- un anhelo por su presencia".VER TAMBIÉN- MUSEOS DE ARTE
Peter Zumthor
- Museo de Anahuacalli, México, México (Diego Rivera)
- Museo Británico, Londres Inglaterra. (Norman Foster)
- Museo de Arte en Hyogo, Kobe, Japón (Tadao Ando)
- Museo de Arte en Hiroshima, Japón (Kisho Kurokawa)
- Museo de Arte Islámico, Doha, Qatar. (I. M. Pei.)
- Museo de Arte Moderno en San Francisco, EEUU. (Mario Botta)
- Museo de Arte Suntory, Tokio, Japón. Kengo Kuma (2004-07)
- Museo de Artes Decorativas, Frankfurt, Alemania. (Richard Meier)
- Museo de Bellas Artes de Taipei, Taipei, Taiwán