Para aprovechar las últimas fresitas de la temporada he optado por hacer unos Petit Suisse. El sabor, como os lo podéis imaginar, impresionante. Son riquísimos y muy parecidos a los que compramos pero con ese toque a fruta natural. Me enamorado de ellos, no sólo por la estética, aparte de tener un color maravilloso, tienen también un sabor sublime. Son adictivos, eh!
Se preparan en un momento y se comen ni en medio. La receta es realmente fácil, lo único es que tiene algo que puede ser tortura para algunos, ya que hay que esperar al menos 8 horas hasta poder degustarlos, tienen que cuajar. Bueno, lo único que os puedo decir es, sed valientes! :D
Ingredientes:
- 500 gr. de fresas
- 300 gr. de queso crema (tipo Philadelphia)
- 200 gr. de azúcar
- 3 láminas de gelatina neutra
- 400 ml. de nata para cocinar
Modo de preparación:
- Lavamos y les quitamos el rabo a las fresas. Las trituramos bien con la batidora
- Colocamos las láminas de gelatina neutra en un recipiente con agua
- Ponemos a calentar un cazo con las fresas y el azúcar hasta que empiecen a hervir, y en ese momento, bajamos el fuego y añadimos las hojas de gelatina. Removemos sin parar y vamos añadiendo poco a poco la nata y el queso crema. Seguimos removiendo hasta apreciar que la mezcla es totalmente homogénea
- Preparamos unos vasitos pequeños o unos tarritos para ir colocando los Petit Suisse. Vamos incorporando un poco de la mezcla en cada recipiente y los metemos en la nevera durante al menos 8 horas para que se enfríen y cuajen, et voilá!