Revista Talentos
Me levanto cuando desaparece la luna y desayuno un melón con vodka, hielo picado y jugo de arándanos. Pongo globos verdes y rosados en el descapotable y viajo a despertarla.
Está lista para el picnic: calcetines bordados, trenzas, una canastita con cigarrillos y champaña. Nos vamos al parque, pero allí ha comenzado una revolución y se están dando tiros. Nos vamos a la plaza, pero ésta ha sido tomada por pandillas de rapperos y se están dando cuchilladas.
Decidimos que queremos besarnos un poco antes del pic-nic. Entramos a un rotativo y nos entregamos a la tarea. El beso más largo dura seis minutos y treintaydos segundos. Ya que estamos en eso, aprovechamos de practicar con la lengua. Madonna se muestra agradablemente sorprendida de unos besos en los lóbulos de las orejas que he inventado para ella. Dice, "wow! you are a genious, mon amour...". El pantalón me quedará con una mancha que costará semanas quitar.
Salimos del cine hambreados y sedientos. Las Apalache nos invitan al pic-nic con unos tonos celestes, nieve y parches de bosque.
En pleno viaje Madonna se saca los guantes y los lanza al aire. Los veo planear como dos palomas blancas y posarse entre pastizales y cardos a la orilla del camino. Luego, ella abre la canasta, se mete entre mis costillas y mi brazo derecho y se acomoda ahí a mordisquear queso . El pelo le huele a frambuesas. Tiene un lunarcito entre los senos.
Me prometo tomarle unas polaroid con fondos de puentes viejos y heniles. Ella hará poses. Otras polaroid al atardecer - cielos rojos y nubes y ella riendo, con el pelo desordenado, a lo Monroe.
En el pic-nic nos tomamos las dos botella de champaña y gastamos una caja entera (esas de media docena).
Magnifico una de las polaroid y la cuelgo donde pueda verla durante el melón con vodka de las mañanas.
Mientras le tomana esa foto, le ví flotando sobre su cabeza una redondita y luminosa aura de santa. Lo juro!
(¿Aceptará esto El Vaticano para iniciar el proceso da canonización? - mañana mismo les mando un email consultando).