Sí señores. Sí señoras. Pirincho, el ingeniero verdulero, no sólo canta los totales de cada compra junto con su correspondiente significado en la quiniela; no sólo usa su inteligencia para recomendar números a sus amigos y hacerles ganar. Además, tiene efectos extraños en las clientas.
¿Que a qué me refiero?
No me van a creer, porque es poco verosímil. No se los contaría, porque se que van a pensar que lo inventé. Pero no. Les juro que es real. Y es tan interesante que aunque mis historias pierdan credibilidad, voy a tener que contárselos igual.
Pirincho estimula la creatividad verbal de las señoras de Vicente López. ¿Cómo lo hace? No se. Pero cuando hablan con él, las señoras vestidas elegantemente y bajadas de bellos y radiantes autos, usan un lenguaje diferente al que uno les escucha emplear en el resto de las ocasiones.
Por ejemplo un caso sobre la seguridad:-¿Está segura señora que se queda un minuto estacionada ahí? ¡Mire que pasa el 21 y le lleva el espejo eh!- ¡Seguro segurola Pirincho! - Contesta una en lugar de decir con distinción (y algo indignada): - ¡Desde ya que estoy segura señor!
O bien sobre los transportes y la cocina:- ¿Porqué no estaciona mejor que la va a agarrar el 161? Miré ahí viene.- Ay gracias Pirincho, ya lo acomodo, no sea cosa que me agarre el bondiola - Responde otra clienta en vez de decir: - Muy amable señor, voy a reubicar el auto, si lo llegara a chocar el colectivo le daría un disgusto a mi marido porque el arreglo sale una fortuna.
En fin... gracias Ingeniero Pirincho por la creatividad.