Revista Diario

Pitar al himno cansa. Mejor entrar cuando haya acabado.

Publicado el 23 mayo 2012 por Bloggermam
Esperanza Aguirre pitando

El que pita primero pita dos veces

Las cortinas de humo para despistar son una especialidad de la casa de Esperanza Aguirre que acostumbra a tapar una soplapollez con otra más grande, del mismo modo que iba tapando los agujeros presupuestarios de la comunidad que dirige –hacia al abismo-. Pero en esta ocasión los 2000 millones de déficit de su gestión ya no se pueden tapar con ningún préstamo de Bankia por lo que ha decidido aprovechar que el Manzanares pasa por Madrid -no están los tiempos para gastar en obras extrañas para hacer que el Manzanares pase por Valladolid- y enarbolando la prepotencia habitual, amenazar subrepticiamente, a los que sugirieron obsequiar al himno de España con una gran pitada, con suspender el partido y meterlos en la cárcel por un delito contra la autoridad. Algo tan desternillante y barroco sólo puede estar destinado a despistar a la gente y que discutan de cosas diferentes de la economía.

Lo cierto es que en este asunto se juntan varios temas que me producen cierta aversión -la monarquía, el fútbol, políticos descerebrados-, y aún a sabiendas de que es una polémica ridícula me apetece echar otra astilla de piedra a una hoguera sin fuego. Por lo que voy a hacer varias propuestas sobre lo que se podía hacer en la final de la copa que enfrentará al At.Bilbao y al FC Barcelona.

  • Pitar al actual himno de España es redundante. El tema musical es en sí mismo una sonora pitada a la que la única letra que se ha podido encajar es el “laaa-lá laaa-lá la-lá la-lá la-la-lá” o el “chunda chunda”. Un himno de monarquía bananera en toda regla. Nada que ver con otros himnos que aunque no te gusten te conmueven, como el de EEUU , que es oírlo y sientes la necesidad de ponerte en pie y llevarte la mano al pecho. O el de la extinta URSS cuya audición te preparaba para marchar estoicamente a una muerte segura. De hecho cambiaron el país, la bandera, el himno y lo volvieron a recuperar.
  • Pitar al heredero de la jefatura del estado me parece como ciudadano un derecho. El que paga tiene derecho a crítica y dado que yo le mantengo tengo derecho a decirle que el único mérito que se le puede reconocer es haber posado para salir en el billete de 10000 pesetas. Qué tiempos aquellos en que en los billetes aparecían personas que habían hecho algo interesante: Rosalía de Castro , Bécquer, Falla, Unamuno , la Dama de Elche… bueno esa hizo los mismos méritos: estarse quietecita -quietecito, que para eso era un príncipe íbero- y posar impertérrito. Así pues pitarle está bien pero sería mucho más significativo darle la espalda para ignorarle. Ahora bien, como republicano lo de pitar al Borbón me parece una obligación. Alguien que no ha hecho nada tampoco se merece estar ocupando un cargo medieval. Si ama a este país que trabaje, a ser posible fuera y que envíe el dinero a casa, en lugar de usar el dinero de casa para ir a gastarlo fuera.
  • Pero si de verdad se quiere hacer algo diferente para expresar que el himno de España es una opresión para los nacionalismos varios que pueblan la península ibérica por todas partes excepto por el centro, lo mejor es no entrar a la grada hasta que éste haya terminado. De modo que el que quiera se puede ahorrar el tormento de escucha el chunda-chunda de rigor. Una tribuna vacía durante el himno es mucho más fácil medir que una pitada por mucho que suba el medidor de decibelios. Tampoco pasa nada por perderse unos minutos de un partido de fútbol. Con lo lento que es este deporte  el hecho de que se meta un gol o exista una jugada polémica en los primeros cinco minutos de partido sería estadísticamente poco probable.
  • Dándole una retorcida vuelta más a este banal asunto y teniendo en cuenta que entre Eurocopa de fútbol y Olimpiadas de Londres 2012, vamos a tener que asistir al lamentable espectáculo que supone ver a los deportistas que compiten bajo bandera española  aguantar estoicamente el himno de marras. Propongo que a aquel deportista al que no le guste el himno se lleve la mano a la garganta como el que sufre una laringitis aguda mientras soporta su audición, y que el que disfrute de la situación pues que sonría mirando a la cámara.

Volviendo a la condesa de Murillo. Los ademanes furibundos con los que obsequia a los que disienten de su opinión me hace temer que si todos los que no están de acuerdo con ella hubiera que meterlos en la cárcel, habría que crear un recinto penitenciario del tamaño de la provincia de Badajoz para poder internarnos a todos. Menos mal que ya pasaron los tiempos en que los que no estaban de acuerdo con un conde protestaban a título póstumo a los insectos que pululaban por los tres palmos de tierra que les cubrían.

Y para acabar voy a hacerle una advertencia a la presidenta autonómica de Madrid, si un día oye un pitido en su cabeza, no se asuste: es la alarma contra pensamientos inteligentes que lleva instalada de serie. Desactívela y si vuelve a dispararse acuda urgentemente a su asesor de guardia.

keagustitomekedao


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