de Michael Grant
(Olvidados #4)
Puede contener spoilers
Olvidados me encantó. Me atrapó completamente y me dejó con los ojos como platos. Disfruté muchísimo de su historia, porque era diferente a cuanto había leído (lo que no significa que sea original, por supuesto). Tiempo después tuve la oportunidad de leer la segunda y la tercera parte (Hambre y Mentiras) y aunque no me impactaron tanto como la primera parte, me engancharon y me mantuvieron en vilo. La cuarta entrega de esta saga ha tenido algo de eso, pero también puntos negativos que han provocado que no haya disfrutado tanto de Plaga como esperaba.
Han sobrevivido al hambre. Han sobrevivido a las mentiras. La situación sigue complicándose, y el horror distópico va en aumento. Aunque pese a la agitación que han dejado tantas batallas, luchas de poder y divisiones furiosas, se da una calma momentánea en Perdido Beach. Pero los enemigos en la ERA no se desvanecen, y, amparadas por la tranquilidad, las criaturas mortíferas se mueven, mutan y logran liberarse. La Oscuridad ha logrado por fin alcanzar la mente de su Enemigo y lo controla a través del delirio y la confusión. Una enfermedad fatal muy contagiosa se extiende a una velocidad alarmante, y unos siniestros insectos depredadores aterrorizan Perdido Beach. Sam, Astrid, Diana y Caine están plagados de dudas: no saben si conseguirán escapar, o sobrevivir siquiera, a la vida en la ERA.
El punto fuerte de la novela son sus personajes: siguen siendo adolescentes, pero no son los mismos que conocimos en las entregas anteriores. Si hay algo que valoro mucho en una novela es que los personajes no sean perfectos, y en la saga Olvidados, la perfección brilla por su ausencia. Los protagonistas son adolescentes que se han visto obligados a comportarse como adultos y a tomar el mando de una situación que los supera. Están solos, pasando hambre y miedo, amenazados por una plaga que no comprenden... No hay héroes que sepan que hacer en todo momento, que estén en la historia como un pedazo de piedra sin emociones que sólo sirve para solucionar problemas. Aunque se profundiza más en unos que en otros, todos tienen sus sentimientos y sus debilidades.
Para mí, Plaga ha sido un libro puente, un camino por el que debía pasar para llegar al desenlace de la historia. Es una novela llena de acción, tensión, giros en la trama... Es una novela que engancha, pero que no me ha dado todo lo que esperaba. Quizás es culpa de que cuando lo leí, pensaba que era la penúltima parte (cuando en realidad quedan dos más) y estaba mentalizada para que algunos cabos se ataran por fin. Eso no sucede, al menos al nivel que esperaba, así que en cierto modo, ha sido una decepción. Aun así, espero leer el siguiente pronto, porque la intriga por saber qué está pasando en Perdido Beach sigue ahí.