Una vez que tenemos determinado que es lo que queremos, que
sería la primera parte del coaching, el siguiente paso es elaborar
un plan de acción para conseguirlo.
En algunos momentos de nuestra vida, nos encontramos realizando
determinadas cosas de manera rutinaria, casi por inercia, sin saber
si eso realmente nos conduce a la felicidad. El coaching concreta
que es lo que nos haría feliz, en determinados ámbitos de nuestra
vida, en las relaciones sociales, la salud, en el trabajo,
relaciones familiares y crecimiento interno o personal. El plan de
acción nos permite escapar de esa rutina para acometer nuestro
proyecto hacia la felicidad.
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El coach nos ayuda a fijar y materializar nuestros
deseos, haciéndolos tangibles, mediante el establecimiento de unos
objetivos, acorde nuestros valores. Así por ejemplo a una persona
que le gustaría tener un trabajo mejor, se fijaría el objetivo de
conseguir un trabajo determinado y con unas características acorde
a sus deseos. En definitiva, saber lo que queremos de la manera más
concreta, tangible y en un tiempo determinado. El plan de acción
sería el itinerario a seguir para conseguir ese determinado trabajo
u objetivo.
Una vez que tenemos establecidos los objetivos, el
siguiente paso es establecer un plan de acción para conseguirlo. El
tiempo que vamos a necesitar, los procesos de evaluación que vamos
establecer a lo largo de este camino para ir en la dirección
correcta, los recursos que tenemos y los que necesitamos para
llegar a buen puerto y los costes que supone embarcarnos en este
apasionante viaje.
El plan de acción supone la transición del momento
actual hasta nuestra felicidad, lo que va a suponer la
transformación del individuo con dos ventajas muy importantes, la
persona se va a conocer a si mismo y va a mejorar sus habilidades
personales. Supone una inversión interesante de cara al crecimiento
y desarrollo personal.
El desarrollo del plan de acción supone el
establecimiento de una serie de tareas que debe realizar el
cliente. El coaching es siempre proactivo, es decir, la mejor
manera de avanzar hacia nuestra felicidad es ponerlo en práctica,
la práctica hace al maestro. Por eso el cliente debe comprometerse
claramente en la ejecución del plan, que se hará por el
establecimiento de tareas que pactaran el coach y el cliente. La
labor del coach será establecer una sesiones de seguimiento para
ver si se esta llevando el itinerario correcto.
Proactividad y seguimiento sería la materialización
del plan de acción, lo que nos conduce a la consecución de nuestros
objetivos, a lo que realmente queremos.
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