por la vereda va cual un silbido
ese niño mendigo sin clemencia,me causa un mal dolor con su inocencia
¿quien sabe las penurias que ha vivido?
de rodillas al suelo, ya rendido,
rezo tantas plegarias con dolencia;
que entonces me pregunto: ¿la violencia
es del hombre o Dios la ha impartido?
te entrego mi alma, todo lo que tengo,
lánzame tu castigo, ¡deja al niño
reír, jugar, incluso conocerte!
para tu daño, para tu mal vengo,
¡pégame con tu vara! y da cariño
al pequeño que va junto a la muerte!
la exhalación final
el tiempo es cual viento recorriendo,
y parece que has llegado al final del destino,tuviste alguno que otro desatinoy la vida se fue, así, simple y transcurriendopostrado, respirando, y sufriendo,tus pensamientos buscan el más directo caminode la muerte, de dios, último sino...solo el alma se aferra a la vida que se va yendopero pides no ser muerto en nuestra mala memoria, quieres la exhalación que ponga finmarchitarte cual seco y abandonado jardínya!, silencio, que gime gritando por su victoria...¡el muerto ya creó su propia muerte!y el alma vaga cielos en las alas de su suerte.