Ejerciendo mis poderes de superheroína, dese
é leer "Héroes invencibles" de Ricard Pérez Braña con todas mis fuerzas, pero parece ser que todavía no se han desarrollado lo suficiente, así que no me quedó más remedio que pedírselo amablemente a Atlantis, que me lo enviaron encantados.Aquí os desvelo quienes son los provectus. Abrid bien los ojos, porque están entre nosotros.
Su ciudad es Edén, capital de Eterna, inaccesible para cualquier humano. Nunca hemos sabido de su existencia, aunque los hayamos tenido al lado, pero ahora uno de ellos ha perdido el miedo y va a revelarnos su historia.
Conocemos as
í a los primos Tommy y Marcus MacTaggert, ambos buenos luchadores. El primero con el poder de controlar la tierra y el segundo de sanar las heridas. También está Lila Strauss, la chica del pelo azul que es capaz de convertirse en una terrible bestia. Joan Gilbert, telépata al igual que nuestro protagonista. Ada, una niña que hace cosas que escapan a la comprensión hasta de los propios provectus y Wawan Jow, un samurái capaz de hacerse invisible, de multiplicarse hasta el infinito y de reproducir holográficamente todo lo que ve y tiene en su memoria.En el otro lado de la balanza, un enemigo muy poderoso, también provectus de nacimiento, cuyo nombre es Prometeo y que es prácticamente invencible por su enorme poder. Prometeo se ha instalado entre los sapiens, encumbrándose como un dios y constituye un gran peligro para todos, ya que está
a punto de desatarse una guerra de grandes proporciones donde todos pueden salir mal parados.Conjugando la rutina de los personajes (escuela, rencillas, amores y desamores, momentos familiares) con lo que ocurre en el otro lado del mundo gracias a Prometeo, el autor consigue engancharnos a un relato cargado de tensión que despierta nuestra curiosidad por averiguar có
mo se van desarrollando los hechos y cómo termina el libro.Todo lo que de historia y religión conocíais hasta ahora aquí se reescribe, por lo que podéis
olvidaros de las ideas preconcebidas, de todo lo que habéis aprendido en el colegio a lo largo de los años, ya que todo parte de cero, todo se nos muestra de una manera diferente y muy creíble a pesar de tratarse obviamente de un imposible.En cuanto al estilo del autor, se aprecia claramente su afición al mundo de los cómics, recordándonos a X-Men, los vengadores o los watchmen (de hecho, la imagen de la cubierta se asemeja al Doctor Manhattan). Su forma de escribir nos arrastra sin darnos cuenta a seguir pasando sus hojas sin apenas darnos cuenta, aunque he de ponerle un pero y es que en algunos momentos de la narración me he encontrado con repetición de palabras y de escenas, haciendo en ocasiones repetitivo algún detalle concreto de la historia.
Del capítulo 4 al 12, la estructura es la misma: en principio Ian Darwin nos va contando su día a día y al final hay unas breves líneas que nos informan de lo que sucede en la tierra de los sapiens, finalizando siempre con la frase "... É
l te ama. Palabra de Dios". A partir del capítulo 13, se desata la hecatombe y tiene lugar el enfrentamiento que llevábamos esperando durante toda la novela. ¿El final? Cuando llegas al último capítulo y lees cómo ha acabado todo, no te esperas ni mucho menos lo que aparece en el epílogo, un giro total que le da la vuelta a todo y que te prepara para la segunda parte, que espero no tarde en llegar.Atrévete a adentrarte en "Héroes invencibles". Deseará
s ser un provectus.