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Poema estival de Maria do Rosário Pedreira

Publicado el 14 agosto 2013 por Veronicaaranda
 Poema estival de Maria do Rosário PedreiraCampos de trigo y amapolas, Vincent Van Gogh
Hay poemas que solo podrían leerse en verano, bajo sus vientos cálidos, cuando la luz de la tarde da en el heno, en ese tiempo propenso a lecturas y paraísos de infancia en los que la palabra cobra la dimensión de las espigas. Aquí os dejo un poema que es el ESTÍO, de Maria do Rosário Pedreira, una de las voces más interesantes de la poesía portuguesa actual.
Do verão
Do verão, diria uma planície lenta, quase amarela: o trigoa enrolar-se nos pés, o oiro do sol, os cabelosmais loiros. Um vento quente e ondulante sibilandonas frestas de um celeiro. O fumo sonolento do calortornando informe o fio do horizonte. Do verão
diria também um tempo espesso onde todosos acasos são sofríveis: duas papoilas, vermelho-sangue,agitam a paisagem. Tu chegas e a minha pele chama-tesete nomes em surdina. É a luz da tarde que faz o fulgordos fenos e aquece a roupa que abandonou o corposem perguntas. As mãos podem então dar-se todos os recados. E amanhã ninguém sabe. Fica
apenas um punhado de espigas quebradas sobre a planícielenta; amarela, digo: as papoilas, entretanto, voaram.
   © Maria do Rosário Pedreira,    Poesia reunida, Quetzal, Lisboa, 2012
Del verano
Del verano, diría una planicie lenta, casi amarilla: el trigoenredándose en los pies, el oro del sol, los cabellosmás rubios. Un viento caliente y ondulante silbandoen las grietas de un granero. El humo somnoliento del calorvolviendo informe la línea del  horizonte. Del verano
diría también un tiempo espeso donde todos los azares son aceptables: dos amapolas, rojo sangre,agitan el paisaje. Tú llegas y mi piel te llamasiete nombres en sordina. Es la luz de la tarde la que da fulgor al heno y calienta la ropa que abandonó el cuerposin preguntas. Entonces las manos pueden darsetodos los recados. Y mañana nadie sabe. Queda
apenas un puñado de espigas rotas sobre la planicielenta; digo, amarilla: las amapolas, entretanto, volaron.
      © Traducción: Verónica Aranda

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