Poemas de Timo Berger (Alemania)

Publicado el 13 octubre 2010 por Raulheraud

El poeta Alemán Timo Berger nos hace entrega de este grupo de poemas que escribió recientemente a su paso por nuestra tierra y que tituló "Hecho en Perú".
Hecho en Perú

Un Waino chilla por el canal de Ayacucho TV
attenti, son las seis de la manana, Maicito Pelo d’Ambrosio –
el Hombre Poncho en su tapado de alpaka – canturrea:
“Ay Macito, eres Peruano como yo”.

En un bar de Los Olivos (Cono Norte) por la noche
el presentador de Diana Cari y los Mágicos del Amor
pregunta al público: De dónde son Ustedes? Qué lugar
tachamos del mapa con el próximo pedido?
Ay Maicito, La Nueva Perú luce en un letrero de la Panamericana.
Esta noche, te prometo, Diana Cari, todo el país será una Fiesta Chica,
tú y yo serémos Mil Melodías de Nuestra Tierra. Y una caravana
de la cordillera que deja su carga en los lockers de Lima.
Hospedajes, casas de ladrillo seco nomás, heridas graves
cuyos hilos perforan el cielo como las fibras de acero.
Al ton y son del arpa paraguaya se mudan muslos, troncos,
se gana dinero, terreno sobre el declive sin agua
ni pan. Hay un bosque de cemento, donde antes olivares,
dice el chofer de lo que pretende ser un taxi en camino
al aeropuerto. De Lima me gustan, consta, las muchachas,
quizás, y las muchas formas de rebuscarse la vida...
En El Dorado ***

Fujimori - bromea, supongo, Jaime Baily - debería quedarse sólo una década
en la cárcel. “Un año por cada año de su gobierno.” El Francotirador sumiso
en medio de la luz blanquiza de los focos. Con su flequillo
asimétrico, ese traje que disimula su físico, las risas que provienen
de una cinta digital, qué difícil resultó conseguir una entrada a su programa.
A treinta grados, en frente del pozo de aire en El Dorado, se descompone
la yuca picante de Piqueos Persa, una copa de Tabernero de Ica.
Cuando apago el aire acondicionado, se derrite mi silueta como la sombra
eléctrica del moderador en la pantalla interferida, cuando la prendo de nuevo
la Doncella de la Muerte viene a acompanarme, con su patas huesudas,
Iquitos, la verdad, es un infierno tropical, y eso que quien le está hablando
es un ateo, tropical a pesar de que aun no vi ni un árbol, ni una liana,
ni hablar del Amazonas (El río fue desviado hace un tiempo atrás
hacia el Discovery Channel, dicen que una mafia brasileira...)
La gente con su machete televidente y sus mascotas:
hormigas de todos los colores. Por fin en la Calle Raymondi una ensalada,
paltas cortada en abánico, un fruto dionisiaco curado por el jugo de limón…
A quién aún se le antoja el oro? El caucho? El crudo?
O sea, por qué los animales son los mejores hombres?
No sabemos...
Puerto Antequera, Paraguay

Hasta aquí llegamos, Douglas, acá donde se liberó
Una importante batalla contra el ejercito de La Paz,
cruzando el río está el Chaco, es tan cerca, pero tan diferente,
caliente, salvaje, Douglas en su coche parece
el eterno chofer de las almas perdidas, un tigre blanco,
en las garras un cigarillo de yuyo local,
Edgar Pou, su compinche, tiene todo un cultivo detrás
De su casa en el cerro de Lambaré...
esa exacta imprecisión con la que Douglas toma las curvas,
el prolijo desvío en su habla pornosonettista, esa (así) llegamos
al Far West del Paraguay, cercado por la sequía,
de casas bajitas, chacras y bosque ligero,
de ninias (niñas) jugando detrás de las rejas de un kiosko,
de galinas, chanchos, vacas magras, un pueblo
alentado por el Boom de la soja del siglo pasado,
De pastizales y porrotos, se llamarán mis recuerdos,
bromea Douglas mientras no para de girar el dial de la radio
buscando una cumbia, aunque sea un Merengue. Katchaka.
Timo Berger nació alemán pero hubiera preferido llegar al mundo en un suburbio de Lima. Estudió durante un tiempo, leyó la literatura latinoamericana desde Onetti hasta Bolano pasando por Vargas Llosa. Hoy se dedica a organizar festivales de poesía o talleres móviles por las grandes urbes del mundo.