Hoy me fuí a tomar café a una cafeteria de mi barrio, una cafetería tematizada del cine, una cafetería con su rincón para leer, su estantería de libros de intercambio o para leer allí, un sitio tranquilo, con buena música y suavita para poder leer, escribir y tener charlas trascendentales, La Butaca Pues bien, entre sorbo y sorbo de un rico y amargo café, mientras ojeaba un poemario, El llanto apagado de Antonio Moya me dió por escribir en una servilleta, con un bolígrafo húmedo y sin capucha (como debe hacerse, como se hacía antes) un pequeño poema.
Aquí os lo dejo, espero que os guste:
La cama está habitada por moscas y larbas muertas bajo el suave tacto de esta sábana negra.
El chirriar, el grito y el sollozo, el quejío, ... La banda sonora de la vida quedó presa.
Entre esas, inmoviles sábanas negras.