Poesía de Roberto Salazar

Publicado el 26 octubre 2009 por Raulheraud

Roberto Salazar es un incansable viajero, las ciudades citiadas y puertos donde ha naufragado más de una vez, han sido testigo de sus inacabables aventuras. Este amante de la música de Pink Floyd y de la poesía de Rimbaud nos hace entrega de algunos poemas inéditos que a continuación compartimos con ustedes:

6

Un alma viviendo eternamente en el

cielo *

y tu voz es tu mirada

Verdes olivos rojas letrinas tu

voz es mi garganta

ojos tu luz

rostro que caminas por la noche

perros sin rostro aullando en las

montañas

ladridos lejanos y suaves

perdiéndose en recovecos

El poderoso viento en las espaldas

de la noche

el remitente miedo de las noches

campanas

y lobos en los cinemas azules

repetitivos como ecos del joven

ahogado en sus sueños de amarga

esperanza por sus labios trémulos...

  • sid barret : letra de una canción de pink floyd

18

Amo esa región del mar

donde rebrotan mis sueños encarnados

en algún perdido robinson crusoe

aquella región es virgen de hombres mujeres niños

también es remota de ruidos lluvias amores iracundos

la mayoría repelidos como a un insecto pegajoso

Amo esas regiones de hondos y prolongados silencios

de imágenes sin recuerdos posibles

ya que no hay presente en la nada de los espacios y

las horas

no hay horarios trabajos perdidos que lamentar

tampoco perseguir futuros como certezas de colores

rojizos

ni casas de cambio rutinas en las agendas

calumniosas de los ministros que ordenan nuestras

vidas como dioses terrenales

Amo esos lugares simplemente por existir

por no haber allí nada que yo no quiera

y porque también espero muy poco de la vida

ahora que todo va perdiendo uno a uno sus sentidos

que las esperanzas se alejan como aquellos padres

que abandonan a sus hijos en la madre

y ésta pinta de negro su sonrisa con el llanto

del muchacho

como aquella isla misteriosa de mi niñez.


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Luces y montes y fuegos lápices

apunta las características llanas

sin pelambres no importando nada

que cuaje en las cosas hechas sin malgastar

las fuerzas precarias con que nacemos

y vemos y oímos pies descalzos se atreven a

andar sobre los caminos plagados de ortigas

y tras los cuernos palos sienes en el próximo

botón

No lleves la mirada a todo lo que existe

tus ojos ven lo que quieren mirar

apuntalados rellanos con cal y cemento

pon fuelles duraderos que la vida es corta

cortísima como tela de sastrería

el rótulo que enciende sus luces en primavera

arrojando rayos en las flores de olivo

No malgastes tu poca fortuna en los

nuevos días que vendrán ocúpate en tener blanca

tu sonrisa

los pies en polvorosa

la mirada fija en el puerto del callao.

DE: LUCES DE MAYO



Laberinto

Equivoqué el camino y el día

del camino

erré la ruta y la noche de la

ruta

y ahora casi tengo n años

no hay vuelta posible

Como no hay río que nazcaen el

mar

ni océano que desemboque en río

no hay vuelta para atrás

los pasos siempre son: ¡hacia adelante!

Como la noche deja su lugar al

día y éste a la otra noche

el tiempo siempre avanza: ¡hacia el futuro!

La noche –perdonen la retórica-

es siempre noche como otras noches

sin estrellas o sin luna

El día es siempre día sin sol

o caluroso

En el tiempo todo está determinado

Como la a conduce inevitablemente a

la b el 1 al 2

la vida que contengo me conduce a

la muerte y no hay

ni mas luz

ni mas oscuridad

ni otro 1 después del 2 (sino sería 21 juego de azar)

ni otra a después de b (sino sería ¡bah!)

Equivoqué el camino en vez de

alegría hallé pesar

Erré la ruta el cielo es sin

estrellas

el mar es sin espumas

sólo el desierto es todo arena y sus oasis.


Consolación de la poesía


Eres la voz azulada de los idos para

siempre

el retorno cabizbajo de los días rápidos

en donde caben las horas ácidas y los minutos

dulces

combinación de colores para tu fino retrato

enmarcado en la seda de tu pubis

ardoroso y postulante

en tanto esa suave rutina nos entorpece

hasta no ver introducir mi aliento por tus

labios en cuanto se escucha el claro de

luna de beethoven descendiendo lentamente

hacia tu tímida vertiente cansada de vellos

y sin tocar entro a esa tu antesala caverna

silenciosa llena de nervios suplicantes

conversando de cosas de la infancia

de ese tímido glaciar que era tu frente

de cómo las limosinas se adentran en los

barrios de Harlem

o salen de los jardines de las Tullerías

viendo a Rimbaud Baudelaire Ojeda

deambular en busca de más poemas en los ardenes

abisinia chosica

En tanto cicatrices de nuestros sexos se curan

en silencio.



Inmunidad

Nadie me toca a mi nadie debe tocarme

sin un violín sin un alfil sin nada

nadie toca mi cuerpo lo digo aquí

en esta poca paginita mojada por la lluvia

de adentro

Nadie toca mi cuerpo si no muere

inútilmente muere como un gusano mojado

y es verdad que una nube cierra al viejo día

la nueva noche también

como muere la tarde a las 6 p.m.

Nadie toca mi alma de lo contrario está refrito

así como nadie toca esa nube nuevo día

vieja noche.


De: CARTAS DEL NAUFRAGIO


Roberto Salazar Gamarra: Lima, 1958. Poeta y narrador, estudió literatura en San Marcos. Publicó Contra el muro” 2000, “Arte Rupestre” Lima Editorial zignos 2004,Ciudad Sitiada” editorial Casa Barbieri 2009.

Ganó los concursos de poesía el 2001 en San Marcos y primera mención honrosa en Chile por el cuento “Ángel Caído” 2006, organizado por la Universidad Católica del Norte.

Participa en el movimiento de Poetas Descentralistas.

Tiene en preparación un libro de cuentos: “El Ángel Caído y otros cuentos” y dos poemarios: “Cartas del Naufragio” y “Luces de Mayo”.

robesar47@hotmail.com