Poesía en 'Stand by' (I)

Publicado el 24 mayo 2010 por Smorenovalle
Francisco M. Ortega Palomares explica cómo llegó un poema suyo a manos del grupo Extremoduro y su oficio de escritor 2.0 para ARTS.
Con «los dedos de la mano izquierda sobre la a-s-d-f y los de la derecha encima de la ñ-l-k-j» comenzó la aventura. Desde hace años, cinco por lo menos y sin faltar un día, Francisco M. Ortega Palomares va llenando su espacio de frases sin pedancia —que no existe, pero petulancia sí— ni colesterol. Una actividad a la que le caben demasiados símiles: como un trabajo; como una obligación; como un compromiso; como un vicio necesario para templar la impaciencia. Lo que le mantiene ocupado fuera del trabajo de periodista son varios blogs que presentó en 2005 como «innecesario(s) como el sexo obligado de las moscas». De ahí el nombre.
Sin embargo, su escuela no es internet:«Provengo de la escritura y la publicación en papel, donde existen unas reglas fijas y un desarrollo escalonado que necesita su tiempo, con un modo de consumo de lectura igualmente pausado». Fue el poemario Cuenta atrás el que lo situó en el mapa. Extremoduro eligió una de sus piezas, Ideario —a la derecha—, para que fuera lo primero que sonara en Standby, del disco Yo, minoría absoluta. El encuentro con el grupo «fue casual», comenta Francisco, «después de realizar una entrevista previa a un concierto, hablé con Robe sobre poesía y le regalé Cuenta atrás. Pasado el tiempo descubrí que habían utilizado parte del poema. Después supe que un grupo de Toledo, llamado Malquerencia, había compuesto una canción con el mismo texto».
Como escritor —y además diario— hay que encararse  al proceso de escritura apartando palabras de una hoja llena de borrones que alguna vez fueron la semilla de una idea. «Para mí como autor es importante la fidelidad de los lectores porque son ellos quienes van a otorgarle valor a la obra. Además en internet todo lo que no se mueve deprisa está muerto, por lo tanto, cuanto más alto sea el ritmo de edición más presencia se tiene y mejor se adapta la obra a lo vertiginoso de nuestros días».