Antes de nada quiero disculparme. Disculparme por no tener tiempo para el blog como antes, pero estoy centrada y concentrada en la novela -también en atender a la familia y restaurar mi salud-, y apenas dispongo de un rato para esta página que no quiero emborronar con cualquier cosa…
Pero tampoco quiero perder el contacto y perderos a vosotros, de modo que mientras la situación se normaliza y avanzo positivamente en el guión del libro, os dejo unas maravillosas letras rimadas de Pablo Neruda, que bien valen un hueco en este espacio.
Hoy he celebrado mi Día, y me he sentido muy bien. No dejéis de festejar jamás, que los malos momentos siempre acechan y es bueno guardar cálidos recuerdos -como diría Deborah a Cary-, para esos instantes en que el frío se instala y las ganas abandonan.
Un abrazo y nos seguimos escribiendo…
No te quiero sino porque te quiero
y de quererte a no quererte llego
y de esperarte cuando no te espero
pasa mi corazón del frío al fuego.
Te quiero sólo porque a ti te quiero,
te odio sin fin, y odiándote te ruego,
y la medida de mi amor viajero,
es no verte y amarte como un ciego.
Tal vez consumirá la luz de enero,
su rayo cruel, mi corazón entero,
robándome la llave del sosiego.
En esta historia sólo yo me muero
y moriré de amor porque te quiero,
porque te quiero, amor, a sangre y fuego.
(Pablo Neruda)