El jueves compré la lana y el viernes imprimí el esquema, con tan mala suerte que lo dejé en la impresora del trabajo y tuve que volver a buscarlo.
El sábado, a las mil, me puse a tejer, el ganchillo más o menos fue bien, pronto tuve las cuatro piezas. Al cuerpo le hice una vuelta menos porque me parece que queda muy alargado y me gustaba más rechoncho. El lio llegó para coser la piezas, la aguja de coser lana se la dejé al peque para una manualidad del cole, así que las uní con la misma aguja de ganchillo y mucho esfuerzo.
El resultado fue este que veis, pensé en hacerle un pico con lana naranja, pero no supe como lo quería, así que quedó en fieltro.
Pensé que a mi hija le encantaría, pero no.
Ella es de las que nada le gusta, todo le encanta, pero con el pollito le pregunté, ¿te gusta? y simplemente dijo sí, ni… ¿me lo regalas?… ni… ¡me encanta!… Jolines…¡con lo contenta que quedé yo por acabarlo!
Ya estoy esperando es próximo reto…y ver como quedaron algunos de los otros pollitos.