Pon un ok en tu vida.
Esto es para ti porque, seamos sinceros, no queremos hacer yoga, no queremos sentirnos zen ni encontrar nuestro “yo interior”. Simplemente, de vez en cuando, nos sienta maravillosamente bien mandarlo todo a la mierda. Probarlo, de verdad. Como volver a nacer. Creo que sabéis de lo que estoy hablando. Poniéndonos en situación: tú, frente a tu jefe, que te habla con la cara roja y el ceño fruncido. Tú, afirmando con cara de interés y diciendo “aham” de vez en cuando. No un “aham” normal, sino muy lentamente, con los ojos entrecerrados y la voz un poco más grave. Un “aham” de los que llegan al alma.Tú, y enfrente tu jefe, tu profesor, tu exnovia, el tío que se te ha cruzado con el coche, tu compañera de piso. Que hablan, y hablan, y hablan, y haaablan. Y a veces gritan y ponen voz aguda, y hacen aspavientos con los brazos como si fueran a echar a volar. Y de repente te dicen: ¿lo has entendido? Y tú haces un solo movimiento de cabeza, afirmativo, enérgico. De esos que pueden dislocarte la columna y acercarte a la tetraplejia. Y en ese momento tienes algo MUY CLARO: vas a tomar nota de todo y lo vas a apuntar en el cuaderno de las cosas que te importan una mierda. A tu jefe, a tus amigos, a tus padres, a tu novio, al de la carnicería, al chino que te sigue por la tienda, a la vieja que se cruza por la carretera, al exnovio de las indirectas en Twitter, al del cine que te devuelve 10€ en monedas de 20 cnt, al amigo de tu amigo que se acopla y quiere hacerse selfies contigo. A todo el mundo: OK. A lo “I don’t care, I love it” pero sin estrellar tu coche contra el puente, ni imaginarnos a Mario Vaquerizo con el pelo al vuelo frente a un ventilador. Que aburrimiento de escusas que te sueltan, que sueltas tú, a cascoporro (me encanta esta palabra). Que no te apetece y punto. Que pesados con eso de que tenemos que quedar bien frente a los demás cuando en realidad nos da absolutamente igual lo que piensen. Que pesados con eso de que tenemos que hacer lo que queráis, cuando queráis, donde queráis. Que no, sillazo en la cara por favor. Ahí os quedáis, compraros un mono y le contáis todo lo que queráis. Y no creo que ni el pobre mono se merezca eso.¿No conocéis a nadie así? De los que te preguntan qué tal y cuando vas a contestar te cortan con un “yo estoy regular, porque ayer hice tal y pascual, y no sé quién me dijo no sé qué, y me fui a no sé dónde, y me compre no sé qué…”.Y tú le miras con un ojo pipa y sabes que te ha vuelto a hacer la 1314, porque lo único que quería era una ocasión para poder empezar a hablar de sí mismo. Como el cazador que espera a su presa vulnerable. Como esos padres que les compran a sus hijos regalos que no les gusta, son sólo una excusa para utilizarlos ellos. A lo “es que veo Hanna Montana porque tengo una hermana pequeña”. NO. MALDITA SEA: ¡NO! DEJADNOS VIVIR. Qué miedo, pero cómo puedes hablar tan rápido, ¿cuándo respiras? Y tras 30 minutos hablando te dicen: “¿entonces tú bien, no?” NO. NO ESTOY BIEN. Me acaba de dar un derrame cerebral.¿Sabéis esos momentos? En los que te has currado un texto increíble, o has abierto por fin las puertas de tu corazón roto, o te has lanzado a la piscina y le has mandado un video bailando el Aserejé vestido de mujer. Y te contestan con un “jeje”. Ese momento en que miras al móvil como si te debiera 2000€ y piensas “ok”. Pues así, ese tipo de “ok” son de los que hablo, de los que hay que empezar a dar y regalar a diestro y siniestro para que el mundo se ponga las pilas.Que no sé tú, pero estoy cansada de órdenes, de malos tonos, de malas caras. ¿De malas caras? Es que hay gente que te mira como si te estuviera perdonando la vida: GRACIAS, no os conozco de nada, pero gracias. Estoy segura de que ahora mismo hay un cachas y una rubia salvando la vida al mundo de un plan maligno para condenar a la humanidad: gracias a vosotros también.Vamos a tomar nuestras propias decisiones. Deja de dar explicaciones. Que no nacimos gatos como para malgastar nuestra única vida. Pásatela haciendo ganchillo, viendo porno o cazando mariposas. No importa, pero hazlo porque te da la gana y a los que no les guste: pues ok.