Uno que te haga reír, porque reír es muy importante. Que sea alto y guapo, con un corazón enorme. Que te compre croissants para desayunar antes de que te levantes. Uno que te lleve a dar paseos en moto y que te sonría todas las mañanas. Que pruebe todo lo que cocines, incluso las sopas que tanto odia. Uno que te dé abrazos fuertes y masajes cuando te duele la espalda. Que te quiera con locura y te haga replantearte todo lo que dabas ya por sentado.
Pon un romano en tu vida, y cásate con él.
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