Revista Talentos
Ponerse el gesto
Publicado el 17 junio 2011 por RamongilAyer Ramón Gil nació en mi árbol,
nació clandestino, nació cualquiera.
Nació y cantaron dos coyotes
y abrió mi ojo y me llamó piedra.
Yo armé mis alambres singulares
y corté su soga umbilical
y mordí su hueso transparente.
Ramón Gil, dividido,
escupió su sangre seca
y tiñó de rojo mi sombra roja.
Yo, subido en el imán de su rueda,
perdí para siempre el sueño en sus veces.
Ramón Gil salió de la marea ancha
con su ruina encendida,
con la física contraria a la hidráulica,
con el llanto
en el ojo ojo,
con la lágrima negra.
Ramón Gil:
en esta orilla termina tu archipiélago.
Ilustración: Andrew Polushkin, Reconstruction of Memory