Ponle la sordina al reloj, ¿quieres?

Que con tanto tic-tac se me hace difícil dormir y voy restando los segundos que me quedan a tu lado por aburrimiento, como quien cuenta ovejas, y claro, luego me pongo triste y me preguntas por qué me levanto con este humor de perro. Cualquiera tendría humor de perro si tuviera que separarse de ti después de haber dormido toda una noche a tu lado. Lo que pasa es que tú no te das cuenta. Estás tan ocupada durmiendo que no te percatas de que te observo, de que me dejo golpear por tu pelo cada vez que cambias de posición o de que intento acompasar mi respiración a la tuya o adivinar qué estarás soñando. Y entonces ese maldito reloj se carcajea en mi cara y me dice que ah, es tan imposible meterse en tus sueños como hacer que el tiempo se detenga. Por eso me levanto con un humor de perro, boba, porque me paso toda la noche recordando que en cuanto sea "mañana" me tendré que separar de ti.
Y no veas cómo me jode.
A lo mejor esta semana, cuando mi inminente examen de Cine Informativo me deje, os traigo una sorpresa. Mientras tanto, espero que la semana os esté yendo bien :)
Sonrisas para todos.