Revista Literatura
Junto al mar, me dijiste tienes “buena onda”, junto al mar me declaré tuya sin mediar palabra, ya hablaba mi cuerpo bastante y aquella tarde lo hizo mejor que mi boca.A orillas de un río me enamoré de ti oyendo el sonido de los pájaros, del agua fluir y bajar desde la sierra al pueblo, allí con un vaso de plástico que contenía un vino peleón, confirmé que el cielo estaba en la tierra en aquel momento.De esto hace unos días, tal vez años, hoy los recuerdos, están llenos de alegría y nostalgia de aquello que vives y tiene su fin.A veces te recuerdo más de lo que me gustaría y a veces mucho menos de lo que quiero.¡Cuántas vidas has de vivir para querer y amar a todos lo que te gustaría amar! Tal vez las vivimos y estamos tan perdidos que ni siquiera caemos en la cuenta que toda una vida puede pasar en un solo día……..Perdí mi afición a escribir, creo recordar que me gustaba hacerlo y además compartirlo con los demás; también perdí mi afición de gustar a los demás, e incluso creo que perdí la afición de gustarme yo, todo eso en el camino y mucho más perdí; tropecé de nuevo, esta vez la piedra era bien grande, al parecer era antigua y ahora que caí, recuerdo que hice lo mismo, al parecer no aprendí a rodearla o dejarla atrás en el camino.Tengo rozaduras en los pies de caminar, hoy me compré unas sandalias nuevas, parecen cómodas, llegué dos minutos tarde a tu vida y dos horas antes de que te pudieras dar cuentas que inicié el camino de vuelta a casa, sí hoy sé que estoy en el camino a casa, no puedo perder más tiempo, ¿quieres un café?, sí, puede ser con leche de avena o de soja, ya ves, costumbres que cambian mi vida, nuevos hábitos que me hacen sentirmeviva. Te miro a los ojos en una foto antigua, sonrío, creo que hasta el olor a tierra mojada ha vuelto a mi memoria, me sorprendí hablándote y hablaba sola, como el poeta…tal vez lo que quiero es hablarle a Dios un día, ¿puede ser hoy, ahora? Hablarle a Dios o a ti…