Empezaba en el río Missouri y llegaba a la costa del Pacífico y la consigna era hacer la ruta en un máximo de 10 días. El jinete cambiaba a un caballo fresco en cada estación. La mochila se dejaba en la grupa del caballo, donde se mantenía por el peso del jinete. El caballo cargaba en total 75kg de correo. Los jinetes, que no podían pesar más de 56 kg, eran relevados cada 140 km.
Los dueños de la compañía adquirieron más de 400 caballos para el proyecto, de una altura media de 1,47 m y un peso de 410 kg (de ahí lo de Pony) con jinetes flacuchos y resistentes y por medio de un anuncio de captación de empleo, el cual rezaba : “ Se buscan jóvenes fuertes, entre 17 y 25 años. Deben ser jinetes expertos dispuestos a arriesgar la vida todos los días; preferentemente huérfanos; 25$ semanales garantizados.
Se presentó un buen grupo de ellos, entre los cuales figuraba un tal William Coddy, al cual, pasado un tiempo se le conoció como Búfalo Bill.
No se podía beber mientras montaban, no blasfemar y no pegarse con los compañeros. En un inicio fueron contratados 200 jinetes, los cuales resistieron 170…por aquello de las riñas con los Pieles Rojas.
Estuvo operativo desde abril de 1860 a noviembre de 1861. Los mensajes se llevaban a caballo a lo largo de praderas, planicies, desiertos y montañas. Redujo el tiempo que tardaba el correo en llegar desde el Océano Atlántico al Océano Pacífico en diez días.
Al viajar por una ruta ligeramente más corta y emplear jinetes en lugar de diligencias los fundadores del Pony Express esperaban lograr un servicio más rápido y seguro y conseguir un contrato exclusivo con el gobierno.
El Pony Express demostró que un sistema unificado transcontinental podía construirse y funcionar continuamente todo el año, algo que antes se consideraba imposible. Desde que fue reemplazado por el Primer Telégrafo Continental y la primera vía férrea el Pony Express pasó a formar parte de la épica del Far West. Su dependencia de la capacidad y resistencia de los jinetes y los caballos en lugar de en la innovación tecnológica ha hecho que el Pony Express pase a formar parte del tópico del «duro individualismo americano» .