El texto pretende mostrar la creación del mundo y del hombre, pero de una manera que se podría encasillar dentro de una especie de materialismo cosmogónico, y es que el Popol Vuh narra la existencia de tres edades en lo que respecta al hombre, una visión primitiva y poco estilizada de la evolución, pero que evidencia que los mayas intuyeron los cambios físicos que sufren las maravillas del universo y que trataron de plasmarlo en sus historias desde su visión mitológica.Según el Popol Vuh los dioses crean un mundo, con la esperanza de que las criaturas que hicieran para poblarlo pudieran adorarlos como su condición divina así lo exigía, sin embargo sus creaciones no fueron lo que esperaban, y es aquí en donde se puede evidenciar la primera semejanza entre el texto maya y la evolución, y es que los dioses no son infalibles y también cometen errores, lo que hace que su creación sea un experimento que surge por medio de la prueba y el error, algo que la naturaleza ha hecho desde el principio de las cosas. Si se toma como ejemplo “El origen de las especies” de Darwin, al igual que los dioses del Popol Vuh, su propuesta plantea la selección natural como la elección que hace la naturaleza para darle prioridad a las especies mejor adaptadas a sus ambientes y con mejores armas biológicas que le permitan la supervivencia, es decir que si una especie quiere aferrarse a la existencia debe obligatoriamente cambiar para encajar en el mundo que propone nuevas necesidades, y esto sólo es logrado por una maravilla natural que es la memoria genética que adquiere la descendencia de cualquier especie sobre la Tierra, que bien puede darle o quitarle armamento físico para sobrellevar los cambios que surgen con el tiempo, si esto no se hace la especie estaría condenada a la extinción, así que debe probar con sus descendientes sistemas físicos nuevos que si no sirven han de ser cambiados por otros más sofisticados y prácticos, esto es la prueba y error de la naturaleza, situación que funciona de igual manera en el Popol Vuh donde los dioses cometen un primer error y es la creación de animales sin capacidad para agradecerles o adorarlos, repitiéndose así con el hombre de barro y el hombre de madera, versiones fallidas de la humanidad en el mundo imaginado por las deidades mayas, por tanto el hombre tiene que evolucionar para adaptarse a las exigencias de sus dioses.
Como segunda prueba los dioses crearon al hombre de madera, una versión que sería mejor que su predecesora y lo más importante, tendría conciencia de sus hacedores, sin embargo esto no fue así, este hombre aunque podía reproducirse, no tenía memoria así que olvidar a sus dioses no sería un problema, este aspecto es importante destacarlo ya que en la evolución del hombre un tema de gran relevancia es precisamente la memoria. Así como el hombre de madera, en los primeros homínidos, ensayos naturales para el desarrollo del hombre, no tenían la capacidad de recordar y mantener en su memoria nuevos eventos que le propusieran en su existencia, si por ejemplo llegaban a llanuras donde habitaban sus depredadores y morían cazados, nunca más recordarían el sitio donde fueron atacados y pasarían todas la veces que fuera sin tener conciencia del peligro de esos territorios, su memoria era a corto plazo y sus actos regidos por instintos grabados a fuerza del tiempo en sus genes, pero como el hombre de madera estos homínidos tuvieron que perecer para dar origen a una siguiente generación más apta para el mundo.En última instancia las deidades cansadas de no ser reconocidas por sus insulsas creaciones, deciden realizar la obra máxima, creada entre una mezcla de sangre y maíz, este último un gran símbolo para los mayas ya que es su alimento y generador de vida, surge entonces el hombre maíz un ente especial para los dioses, siendo éste quien los recordara y les agradeciera sus favores, un hombre capaz de reproducirse y dejar legado intelectual a sus descendientes, formar comunidades y estratificaciones de poderes. La naturaleza paralela a la historia del Popol Vuh no se queda atrás en su intento por hacer del hombre la obra máxima para perdurar en las condiciones impuestas en la Tierra a lo largo de milenios, en la evolución al igual que en la cosmogonía maya, la sangre es de vital importancia, si en el texto indígena su simbolismo en la creación máxima de los dioses es sumamente relevante, lo mismo ocurre en la selección natural, la sangre representa los recuerdos genéticos de las especies siendo imprescindible tener que ser traspasados a través de la reproducción donde los individuos más sanos y mejor dotados de la naturaleza eran los escogidos para dejar descendencia. También se pueden notar dos aspectos importantes en la evolución humana y que el texto maya plantea, el lenguaje y el reconocimiento de dios, y es que el ser humano en su difícil y despaciosa evolución desarrolló una de sus herramientas más poderosas y que dieron pie a consagrarlo como una especie superior, el lenguaje, permitiéndole así comunicarse con sus congéneres creando comunidades que se protegían entre sí para superar la etapa de presa de casi cualquier depredador mayor. El segundo aspecto que se plantea en el Popol Vuh es el reconocimiento de dios, lo que sucede de igual forma en la evolución cognitiva del hombre, y es que crea sus dioses para tratar de dar explicación a fenómenos y acontecimientos fuera de su entender, esta creencia en dioses dio pie a crear estructuras sociales sólidas, basadas en costumbres religiosas y políticas, en donde la cadena de mando era encabezada por expertos en situaciones divinas o en elegidos por dioses, casos como el de chamanes o emperadores. Desde sus primeros pasos como homínido, pasando por primates bípedos, homo habilis y el homo erectus, hasta decantar en el homo sapiens sapiens, el cambio fue la pieza clave para que el hombre trascendiera, y los mayas no fueron ajenos a esto, es por tal razón que su visión cosmogónica tiene como eje el cambio constante que permite encajar según las necesidades que exija el mundo.