Por acá es la puerta

POR ACÁ ES LA PUERTA.   

Escrito por: Jorge Morelli.

Al hacer una distinción marcada entre la persona de Susana Villarán y los regidores de sus partidos políticos aliados, el electorado de Lima le ha enviado a su Alcaldesa un mensaje claro. Con lucidez, lo hace poniendo, además, el dedo en la llaga en los dos problemas más graves del Perú y no solo de Lima.

 Al rechazar terminantemente a los radicales del Concejo Municipal -representados en primer lugar por la regidora Marisa Glave, militante del partido antiminero del cura Arana (Tierra y Libertad)- le hace saber a Susana Villarán de su repudio a la presencia de políticos radicales en la política no solo local sino nacional.

 Al rechazar al mismo tiempo la presencia de los regidores de Patria Roja en el Municipio, le advierte a Susana Villarán de las consecuencias de entregar, a partir del próximo año, la educación pública de Lima al Sutep, el sindicato dominado por Patria Roja y sus regidores en el Concejo Municipal.

 El mensaje del electorado a la Alcaldesa es, en suma, que deje de lado a esa gente y sus proyectos politizados, y gobierno del brazo del PPC de Lourdes Flores.

 Personalmente, tuve ocasión de decirle a Susana Villarán en público -ante políticos y periodistas peruanos y españoles en Madrid hace dos años- que ella había sido recién elegida alcaldesa de Lima no por ser de izquierda sino a pesar de ser de izquierda.

 Es lo que ella pudo entender desde el primer día de su gestión. Debió acompañar a la puerta a los caviares y radicales que la habían ayudado a llegar, agradecerles de todo corazón y decirles que su deber era poner la administración de la ciudad en manos de gerentes profesionales y no de políticos aficionados con una agenda mal disimulada.

 Tuvo una segunda oportunidad a comienzos de la campaña de la revocatoria. Pudo licenciarlos luego de disculparse con la población por sus errores, y llamar a una elección estrictamente vecinal. Habría ganado holgada la consulta popular en lugar de con las justas. Pero tampoco entonces quiso entender.

 La de hoy es su última oportunidad. Pero esta vez tendrá que hacerlo ella misma con mano firme. Porque Eduardo Zegarra decía hoy, por ejemplo, que no le importa que los regidores sean revocados porque pueden trabajar como funcionarios en lo que resta del período de gobierno municipal.

 Aun a punto de ser revocados, los regidores siguen sin entender. La Alcaldesa no debe despreciar una vez más el mensaje ciudadano.