Por envidia...
Se aúnan firmamentos inusuales,
compases que rechinan en los dientes
de una aurora envidiosa.
Mis labios, engañados por el fulgor de unos versos
traicionaron el abrazo del alba azulada
Y Amarrada al borde del abismo
lucho,
para volver a ser la sed de su boca,
el cuenco de sus llantos, el abrazo
en su luz…
Cumpliré con mi condena
Begoña M. Bermejo