Revista Talentos
No me gusta que me pidan paciencia. Por favor, no me pidáis paciencia.
Con nada. La paciencia implica tiempo y, no sé si os habéis dado cuenta, pero de tiempo, no vamos sobrados.Y no es una manera pesimista de ver la vida ni muchomenos, es simplemente que quiero aprovecharla al máximo. Exprimir todo para que cuando se acabe el tiempo, no tener una lista de cosas que no hice. No tener una lista de cosas que quería hacer, pero que no hice porque debía tener paciencia. Porque tenía que esperar a que fuera el momento. Porque tenía que esperar a la persona correcta. Porque tenía que esperar que un puto unicornio azul volviera de no sé dónde a decirme que ahora sí que podía.
A la mierda. No quiero esperar. Por nada. Lo quiero todo y lo quiero ya. Más que nada por si mañana, no hay mañana. No quiero pasarme 60 horas a la semana trabajando. No. No quiero tener una cuenta de ahorros súper millonaria. No. Me vale con pagar mis cuentas y poder darme algún capricho. Me vale con llegar a casa, bajarme a la playa y tomarme una cerveza fría en la arena. O una caipiriña. O un lo que surja. No quiero una puta botella de Moët & Chandon en un sillón blanco más caro que mi coche.
No quiero llegar a (más) vieja, mirar atrás y arrepentirme de haberme sentado a esperar, porque entonces me daré cuenta de que ya no hay tiempo para hacerlo. Ni fuerzas ni cuerpo. Prefiero darme cuenta ahora y meter quinta. O sexta. Aprovechar todo lo que pueda. Y si me dejo algo sin hacer, que sea porque no quise. Que sea porque en el fondo, no tenía tantas ganas. Pero por favor, que no me deje algo por hacer porque tenía que esperar. No me gusta que me pidan paciencia. Por favor, no me pidáis paciencia.
No quiero ni saber la de cosas que me perdí por dudar. No quiero ni saber la de cosas que dejé pasar por mi lado por esperar a que fuera el momento. Y sabéis por qué. Porque nunca va a ser el puto momento adecuado de nada. Siempre va a haber algo. Siempre habrá una responsabilidad con la que cumplir, una pena que llorar, un trabajo que realizar. Pero no siempre habrá tiempo. Y cuando has perdido muchos años (y aquí, no quiero réplicas, porque eso, sólo lo sé yo), te das cuenta de que ES AHORA. Todo es ahora. Ahora es cuando hay que disfrutar. Ahora es cuando tenemos que hacer todo eso que queremos. Aunque nos hostiemos. Y si me hostio, pues que sea con una sonrisa en la cara. Si me hostio, que sea haciendo lo que quería. Porque la mejor manera de equivocarse, es disfrutando. La mejor manera de cagarla es haciéndolo y no pasarse 40 años pensando “y si”
No me gusta que me pidan paciencia. Por favor, no me pidáis paciencia. Si vosotros la queréis, es vuestra. Y como siempre, lo respetaré, pero en 20 años, cuando me vengáis a decir “debería haberlo hecho antes” os tendré que decir, con una sonrisa de mala puta en la cara “TE LO DIJE”, porque, señoras y señores, la paciencia, por donde la cerveza sin alcohol y el café sin cafeína.