"Por fin he dicho basta"

                                           
Supongo que había llegado el momento. Tarde o temprano, tenía que pasar.
Aún estamos de vacaciones de Pascua en Valencia, el colegio empezará el martes 3 de mayo, así que he tenido poco tiempo para dedicarme a mi blog, a vuestros blogs con mis niños por casa todo el día!
También he estado fuera, en Barcelona unos días, que además de servirme a mi y a los niños de mini vacaciones, han resultado ser el detonante para lo que, evidentemente, era de esperar que sucediera.
No entraré en detalles, pero por fin, he dicho basta.

No en ese momento, no he querido ser maleducada ni montar un escándalo allí con amigas y vecinos delante que si se alegraban de verme. No. Así no lo he hecho. Me he callado, me han herido con palabras nada más verme, me han hecho sentir como una leprosa, me han devuelto al pasado más horrible que creía había dejado ya atrás con muchísimo esfuerzo.
No he aguantado más!
No voy a permitir que tras 39 años de vivir sometida, denigrada y acobardada, sigan por costumbre, por tradición, haciéndome sentir así, quiera yo o no quiera. No. Se terminó.
Les he escrito un e-mail diciendo todo lo que pienso, todo lo que he pasado, los abusos, sus consecuencias, sus desprecios.  
Por si no lo recordaban yo les he hecho memoria, les he explicado como me han hecho sentir toda mi vida y como me hicieron volver a sentir el miércoles.
Les he especificado que pongo fin a la relación familiar/diplomática/hipócrita que seguía existiendo. Que estas situaciones, a estas alturas de mi vida, son ya enfermizas y absurdas para seguir manteniéndolas.  Yo al menos, no estoy dispuesta a ello. 
Me ha costado mucho remontar mi vida, mi persona que aún cojea en ocasiones para que, de unos días que deberían ser de diversión y reencuentros, se conviertan en armas arrojadizas llenas de odio y desprecios.
Solo mantendré relación a través de e-mails, de vez en cuando, con alguna persona de la familia en concreto que me ha demostrado que es imparcial y ha actuado conmigo sin dobleces.
Una vez fallecida mi abuela, que al fin y al cabo era por lo que se mantenía el vinculo familiar, ya no veo necesario seguir con todo esto. No beneficia a nadie, ni a mi tía, ni mucho menos a mi.
La dejo sola con su guerra y demonios particulares. 
Me quiero demasiado a mi misma, a mi pequeña familia que he formado para que, después de todo el esfuerzo que me esta costando todo, me remonten al pasado una y otra vez cuando hablan conmigo.
Basta!