Por Madrid cerrando bares

Publicado el 07 noviembre 2011 por Negraflor @NegraFlor_Blog

El viernes te conté, muy rápidamente, que estuve por Brunete, de finde de chicas. Ya sabes que un par o tres de veces al año, hago una escapada con mis amigas. Eso me sirve para desconectar y recargar pilas. Para mí, además, es de lo más terapéutico. Así que imagínate: este fin de semana ha sido una verdadera delicia.

Como iba a estar cerca de Madrid, y en Madrid, hay gente con la que me relaciono en Twitter, intenté verme con algunas de las personas con las que tengo mucho trato. Así que he tenido una agenda social muy apretada.

El viernes por la mañana, nos vimos con N., que nos llevó a desayunar a una cafetería monísima, en Moncloa, HD se llama; la cafetería es muy retro, pero muy acojedora, y nos trataron estupendamente; tan estupendamente nos trataron que nos regalaron una jarra de loza a cada una. No te voy a decir lo que desayunamos, porque prácticamente es pecado; pero comimos mucho. ¡Muchísimo! Pasamos un par de horas entretenidísimas, charlando con N., que es una delicia de niña con la que disfrutamos, nos reímos, y compartimos anécdotas, inquietudes, reflexiones… fue un rato genial, la verdad.

Después de salir de HD, cogimos el metro con N., y nos fuimos hasta el centro, porque habíamos quedado para comer con G., otra de mis chicas en Twitter. Como teníamos tiempo, entramos a Sephora, y estuve mirando “chucherías”; me maquillaron un poquito, y compré una sombra de ojos.

Saliendo de Sephora, nos fuimos a Vips, que fue donde comimos con G. Pasamos un rato agradibilísimo, charlando tranquilamente de multitud de cosas. Después G. nos dejó en Brunete, para que nos preparásemos para la noche.

Por la noche, quedamos con cinco mujeres más para cenar y tomar unas copas. Cenamos en un restaurante pequeño y acogedor, La Fondue de Tell (el nombre ya lo dice todo, ¿verdad?), y después tomamos un mojito en el local de al lado, Café Isadora. El sitio es también un local retro, con encanto, donde se puede tomar una copa y charlar tranquilamente. De allí, nos dirigimos a Morocco, y estuvimos bailando y tomando alguna copa hasta que cerraron el local, allá hacia las seis y poco de la mañana.

Como después de haber cerrado la discoteca, todavía quedaba un pequeño porcentaje de batería en nuestros cuerpos, decidimos ir a desayunar a Bar Iberia, un bar restaurante que está abierto toda la noche y que sirve desayunos y tapas. Allí nos comimos unos bocadillos de bacon con queso (sin tomate, EPIC FAIL), y ya, con el estómago lleno, llamamos al taxi que nos llevaría de vuelta a Brunete.

Entre pitos y flautas, me metí en la cama a las nueve de la mañana. Hacía años tiempo meses que no hacía algo así. Vale, que sí. Que este verano en Murcia también llegamos a casa a las ocho y media de la mañana… pero en Murcia nos faltó el desayuno.

En cualquier caso, fue una noche memorable. Estuve muy a gusto con todas mis chicas, a las que ya tenía muchísimas ganas de desvirtualizar. Es curioso como a veces puedes sentirte tan a gusto con personas a las que nunca antes has visto, pero con las que tienes muchísima afinidad. Fue una noche de risas, de complicidad, pero, sobre todo, de muy buena onda. Ya estoy deseando repetir.