¿Por qué amamos a los Zombis?
Invadieron nuestra vida y no quieren irse. Tanto los Zombis, como sus primos hermanos los Vampiros ocupan un lugar protagónico en la existencia de muchas personas, jóvenes y no tan jóvenes.
¿En dónde radica su encanto? Difícil de saber, pero mientras reflexionamos sobre esto, aprovechemos a leer los cientos de textos sobre la temática que invaden al mercado, o a mirar la diferentes películas o series que protagonizan.
¡Disfrutemos de la “ZOMBIMANÍA”!
Mi Zombi preferido.
Mientras que el desconcertado Frankenstein, creado por la escritora británica Mary Shelley(1818) recurre a una terapia psicológica porque se siente desplazado, nuevas figuras tan simpáticas como terribles han ocupado su lugar en este asombroso siglo XXI.
Zombis, Vampiros, y en menor medida Hombres Lobos se han ganado ya un lugar muy importante en nuestras sociedades, y en nuestros corazones. Temerosas y seducidas por su extraño atractivo, muchas personas, los siguen en forma incondicional, tal vez con la esperanza de encontrarse con alguno de estos fascinantes personajes a la vuelta de la esquina.
Llegaron para quedarse “por una eternidad” (según parece) y en las redes sociales, ya comienzan a aparecer los primeros clubs de Fans de las diferentes zagas o personajes maravillosamente tenebrosos.
Mientras tanto, da miedo ver como facturan los productores, escritores y artistas sobre un fenómeno social que nos ha dejado congelados.
Maravillosamente zombi
La familia está sentada junta como hace tiempo no se veía. Sin embargo no se siente ningún ruido de conversación.
Es lógico, están compartiendo último capítulo de una telenovela, donde Marian y Andrés, los zombis protagonistas van a unirse en matrimonio para no separarse jamás.
Como para no perderlo…
Zombis globalizados.
Un zombi, es, originalmente, una figura legendaria propia de las regiones donde se practica el culto vudú. Según cuentan las leyendas, son muertos resucitados por medios mágicos, por ejemplo un hechicero que quiere convertirlo en su esclavo. De acuerdo con la creencia, un hechicerovudú, sería capaz, mediante un ritual, de resucitar a un muerto, que quedaría sin embargo sometido a su voluntad.
Así, el fanático amor hacia esos interesantes ex humanos, hambrientos de carne humana, han sido objeto de numerosas interpretaciones sociales algunas de las cuales mencionaremos a continuación.
Hay quienes sostienen que la llamada “Subcultura Zombi” ha ido ganando adeptos en un Planeta asediado por la inseguridad, problemas laborales y económicos (entre tantos) que tiene saturados a los diferentes colectivos sociales, los que buscan un espacio diferente, que los aleje de esa rutina que los tiene agobiados.
Para otros son simplemente metáforas del ser humano corriente que han sido infectados y manipulados por otras personas. El zombi comete crímenes, pero no por propia voluntad. De esta forma se convierte en monstruo y víctima a un mismo tiempo, no es consciente de lo que sucede, infringe las normas, produce daños, los perpetúa e incluso los contagia. Esta podría ser otra de las razones por las cuales el zombi se haya adaptado mejor que otros monstruos a nuestra realidad.
Además, al contrario que los vampiros u otros no-muertos, al zombi se le relaciona siempre con nuestro presente inmediato o con un futuro próximo consecuencia de los problemas existentes en el presente: Cataclismos, guerras nucleares, en definitiva, terribles desastres que llevarán a la humanidad a la ruina, por lo que es el propio ser humano el culpable de que existan Zombis.
La familia crece: Los Vampiros
Charlaine Harris,( Mississippi; 25 de noviembre de 1951) una escritoraestadounidense especialista en el tema sostiene que los vampiros están de moda, especialmente porque Occidente está "obsesionado " con la juventud y la belleza eternas. Además, como en el caso de los ZombiS la gente quiere escapar de sus ansiedades, de sus preocupaciones, acceder a universos nuevos y ajenos a su rutina mundana", explica la exitosa escritora, cuyas obras sirvieron de inspiración a la famosa serie “True Blood”
Y sin importar el insuperable avance científico y tecnológico, pareciera que siempre hay gente de diferentes edades, profesiones y nacionalidades interesada en estos extraños seres.
Parece ser que la palabra vampiro procede del serbio wampira: wam, sangre; pir, monstruo; término sirve para describir al muerto que, de acuerdo con leyendas de la Europa Central, regresa eternamente para alimentarse con la sangre de sus víctimas.
En cuanto a su origen, también hay varias creencias: Se dice que tal camino era el destino de los suicidas, de quienes eran sepultados en tierra sin bendecir, del séptimo hijo de un séptimo hijo; o que un hechicero puede transformar a alguien con una maldición; y por supuesto, la manera ‘más común y conocida: Ser mordido por uno de ellos
Constantes vampirescas…
Pese a los diferentes tipos de Vampiros que estamos acostumbrados a ver, existen algunas características que se repiten: Todos fueron humanos, han alcanzado la inmortalidad y se alimentan de sangre.
Además presentan intolerancia a la luz solar (aunque en las versiones modernas han logrado superar este inconveniente gracias a los avances tecnológicos) o tienen terror al ajo; no se reflejan en los espejos, pueden transformarse en animales como murciélagos y lobos o en nubes de polvo o niebla; tienen fuerza sobrenatural; y temen a los símbolos religiosos. Hay quienes agregan que no pueden entrar a un lugar a menos que se les invite, o de lo contrario morirán...
Eliminarlos puede llegar a ser muy difícil, ya que tenemos que conseguir alguna de las siguientes armas: estacas de madera, espinas de rosa, dagas de plata, rayos solares, fuego, agua bendita, o arriesgarnos a llegar hasta su cabeza y cortarla.
Si cree tener cerca algún integrante de esta especie, comience a buscar alguno de estos instrumentos, por si es necesario…
Mamá, me enamoré de un vampiro.
En opinión de los que saben, son varias las características que podrían ser determinantes para que los vampiros ejerzan ese ‘hechizo’ sobre personas de distintas épocas y edades.
Como sostiene Charlaine Harris, la idea de la inmortalidad puede ser muy atrayente: Son capaces de regresar del más allá, dejando de lado el natural temor a morir que toda persona enfrenta en algún momento. Y de yapa, no sólo no mueren, sino que no envejecen, venciendo así a dos grandes enemigos de la humanidad: el miedo a envejecer y la pérdida de la belleza.
Según algunos psicólogos, vivir para siempre y poseer eterna juventud, vuelve sumamente atractiva la figura del vampiro. Además, en el colectivo social más común nunca son pobres, aman por siempre, a pesar de estar usualmente asociados con fuerzas oscuras.
Para otros investigadores del tema , la manera de alimentarse de los vampiros ejerce también un encanto especial, muy íntimo, incluso dotado de un significado erótico, tanto por el contacto físico como por lo que simboliza: en todos los tiempos, se ha visto la sangre como símbolo de vida. Entonces absorber la vida del otro a través de un “beso” extremadamente profundo implica una cercanía extremadamente sensual…y voluptuosa
Por lo tanto, el vampiro conserva las características de los humanos, pero además trasciende los límites y hacen reales todos aquellos deseos que nosotros, en nuestra condición terrenal y efímera no podemos alcanzar.
Para extraños, nosotros…
El Príncipe azul de la bella Durmiente todavía sobrevive en los cuentos de Hadas en su condición humana, dando frescura y dulzura a nuestra infancia.
Pero ¿por cuánto tiempo más? No lo sabemos.
En cualquier momento un príncipe Zombi le dará a Bella el beso que la convertirán una muerta viviente, o un atractivo vampiro succionará el cuello de Blanca nieves, y juntos volarán a la eternidad, buscando un ataúd que los proteja de la luz del día.
Todo es posible, en un mundo extraño, loco y atrevido, en el cual el cambio y el asombro son constantes.
Y mientras saludo al nuevo novio de mi hija, no dejo de preocuparme por esos dos colmillos que sobresalen en su boca…tal vez solo necesite un dentista.
Lástima ya lo invité a pasar; por las dudas voy a compra un ajo…
Sheina Leoni.