¿Por qué aparecen continuamente pelusas en el suelo?
Estamos aburridos de ver una y otra vez como se han formado esas incansables pelusas que parecen reproducirse continuamente en varios lugares de la casa. Da igual las veces que limpies, a los pocos días estarán de nuevo desafiándote y, cuanto más tiempo tardes en limpiar, más grandes serán cuando vuelvas a encontrarte con ellas.
Detrás de este misterio se encuentra la física y un concepto, la fuerza magnética.
Cualquier cuerpo con dimensiones muy reducidas suele acumular electrones en su exterior. Dichos electrones se encuentran bastantes "sueltos" y tienen mucha facilidad para compartirse con otros cuerpos.
Un ejemplo a una escala algo mayor para facilitar la comprensión de este fenómeno es frotar un globo contra una prenda. En este caso, durante el frotamiento, se transmiten electrones de la prenda al globo por fricción, dando como resultado que el globo queda cargado negativamente y es capaz de atraer cuerpos que estén cargados positivamente. Si estos son lo suficientemente ligeros, como el caso de acercar el globo al pelo, pueden ser movidos ya que la fuerza magnética es superior a la fuerza de la gravedad aplicada al cuerpo.
Pues justamente es lo que ocurre con las pelusas. En este caso, en vez de globos, nos encontramos en el suelo otros cuerpos mucho más pequeños. Por hacernos una idea, cada día perdemos de media unos 85 pelos del cuero cabelludo. Estos pelos muchas veces pasan desapercibidos y suelen acabar en alguna parte del suelo del hogar. Son extremadamente finos y tienen electrones (carga eléctrica negativa) en el exterior. Si sumamos el polvo en general, que está compuesto por partículas orgánicas y minerales que también acumulan cargas negativa, nos encontramos con un ejército de electrones deseando cruzarse con algún cuerpo con carga positiva para aliarse con él.
Esto no tarda en suceder, cualquier factor externo como puede ser una pequeña corriente de aire, puede hacer que los electrones viajen de un cuerpo a otro, quedando algunos cuerpos cargados positivamente y otros negativamente, permitiendo así que se vayan uniendo unos con otros formando las molestas pelusas. La unión entre los cuerpos es realmente débil, pero lo suficiente para que no se separen y permita que otros cuerpos sigan siendo atraídos para formar un único cuerpo aún mayor.