A las redacciones de los medios de comunicación suelen llegar centenares de notas de prensa sobre los motivos más variopintos, y todas buscan su espacio o minuto de gloria que les permita salir publicadas. A éstas hay que unir las notas enviadas por los gabinetes de comunicación de la Administración Pública, que, en teoría, deben tener un lugar privilegiado en los buzones de los redactores.
Esta situación me ha hecho reflexionar sobre la importancia que unos y otros dan a las notas de prensa. Para un redactor de gabinete la nota es el resultado final de un trabajo, a veces, bastante ingrato, y para los periodistas de medios es, sin más, "una nota de prensa" que tiene sus minutos contados...y que suele acabar en la famosa papelera del correo electrónico. Pero...¿por qué no se leen las notas de prensa?.
La pregunta surge irremediablemente por el hecho periodístico que enorgullece a quien ha escrito la nota de prensa. ¿Qué puede haber fallado?, ¿En qué proceso nos hemos equivocado?. Los motivos, después de hablar con muchos periodistas, pueden ser varios. He aquí unas pinceladas.
El principal rechazo a la nota de prensa es el famoso error de primero de periodismo: la información no aparece en el asunto del mensaje: ¿Cuántas notas se escriben con el mensaje de "Nota de prensa de tal empresa, ministerio u organización" y luego no se añade nada en el cuerpo?... sólo un Word adjunto es toda referencia que tiene el periodista para ser incentivado a leer. A veces se piensa que un poco de misterio viene bien. Pero cuán equivocados estamos. Y mucho más los "engreídos" gabinetes de prensa de las administraciones públicas, quienes han llevado el "vacío de contenido" a la máxima expresión. Se creen que por ser una institución pública ya es suficiente para que tengan que abrir el correo. Craso error. Orientar al periodista de qué es lo que se ha enviado es un principio básico.
El contenido es abrumador-aburrido-irrelevante. Que un periodista abra el correo, pinche en descargar Word y se encuentre, de repente, con una "nota de prensa" de siete o diez páginas es de un impacto brutal. Ni qué decir tiene que no hablamos del aspecto redaccional o estilo, que requeriría otro post, sino a la abrumadora visión interna de tener que enfrentarse a más de tres folios.
Una de las premisa básicas que debe tener todo periodista de un gabinete de prensa es que "lo bueno, si breve, dos veces bueno"... y ahí radica su trabajo, en una "pelea" constante con los "plumillas" que circulan por los organismos públicos (y en los privados también) de que "todo" es importante. Hoy en día, con las redes sociales "ardiendo" de actualidad, es obligado dar poco, pero necesario.
Una nota de prensa ha de ser puntual y noticiable. De poco sirve nuestro esfuerzo redaccional si la nota de prensa no llega en el momento preciso y en las circunstancias adecuadas. Que una nota llegue a las redacciones después de que medio mundo ha hablado ya del contenido, carece de valor. Enviar por enviar la nota sólo genera en el periodista el rechazo más absoluto.
Caben más circunstancias, pero aqui dejo estas tres "perlas". Con un poco de organización, podemos trabajar todos a gusto.