Una noche sin dormir, más de cuatro horas de autobús hasta Madrid, y cuatro horas más de avión, tras un éxodo por la T4, son suficientes para hacernos esa pregunta.
Menos mal que, tanto Rafa como yo, estamos seguros de que en 18 horas se nos habrá olvidado todo y estaremos disfrutando de nuestro primer punto de El Viaje, Los Angeles.
Pero para eso aún nos quedan más de 4 horas hasta New York para hacer escala con el vuelo hacia LA.
Llegar a Madrid en un bus, viajando de noche, es uno de los viajes más pesados que he hemos hecho nunca. Pero como la decisión de hacerlo fue nuestra, no podemos culpar a nadie.
Pero la gran aventura de descubrir la nueva terminal del aeropuerto de Barajas y volar hacia USA con American Airlines, es algo que no quiero volver a repetir en tiempo.
Desplazarse por la T4 hasta la puerta de embarque, nos ha supuesto subir escaleras, bajar escaleras, mostrar documentos, guardar documentos, responder preguntas que como poco resultan incómodas, rehacer maletas, ser cacheados y casi desnudados (bueno, solo nos quitaron las zapatillas), pensar que jamás llegaremos a esa puerta y hasta dudar que exista, y lo más sorprendente, coger un metro para desplazarse por el mismo aeropuerto.
Y tras llegar una hora antes a puerta, descubrir que no hay nadie para dar paso al embarque, mientras suena por megafonía una y otra vez, que los viajeros a Estados Unidos deben presentarse en esa puerta una hora y media antes.
Y sin ningún “disculpen las molestias por la espera”, finalmente, 15 minutos antes de la hora marcada para el vuelo embarca el Grupo 2 de viajeros; el nuestro.
Y aquí estamos, 4 horas de vuelo esperando 4 más para New York y conectar con el avión que finalmente nos deje en nuestro deseado Los Angeles en solo 6 horitas.
Y luego dicen que lo peor de viajar a Estados Unidos es el Jet Lag. Será que no han viajado con AA desde la T4 de Madrid.
Menos mal que la tripulación durante el vuelo es estupenda nos hacen sonreír.