A veces voto porque me avergüenza el bipartidismo. A veces no voto por la falta del compromiso político. A veces voto para que se acabe la mayoría absoluta, a veces no voto por desconfianza y descontento. El desánimo no es excusa. Nadie me convence.
Voté por primera vez en las generales de 2004 y volví a hacerlo en 2008, no lo hice en el referéndum europeo del año siguiente. Tampoco voté en las locales del 2007 pero volví a hacerlo en 2011. No sirvió de nada. ¿Y qué pasa con la abstención? Cuando no pasa nada, me cabreo. Debería haber un 40% del parlamento vacío, sin parlamentarios, sin gastar el dinero, para representar la abstención y el descontento de la población.Ayer pensé en mi voto y hoy me he levantado sin tenerlo claro. Llevo meses diciendo que esto no se sostiene por ningún lado. Cuatro años de desasosiego. Voto porque discuto sobre política y no temo el desacuerdo. Aunque si todos los votos fueran como el mío el escrutinio de estas elecciones sería muy incierto. Sé lo que no quiero pero dudo del "sí, quiero", a lo que el @SrGarciaOyente me ha respondido en twitter: «El modo de vivir, de luchar, de luchar por la vida y vivir de la lucha, de la fe, es dudar. Fe que no duda es fe muerta» palabras de Unamuno y luego he leído una entrada en su blog con textos "Contra la Democracia" de los GAC (Grupos Anarquistas Coordinados).
Hoy después de una comida familiar, he estado a punto de no votar pero mi padre, anarquista y al que no he visto votar nunca desde que lo conozco, hace 30 años, me ha invitado a hacerlo antes de salir por la puerta. Y respondiendo al título del post a veces voto porque no soy apolítica, otras veces no voto y sigo siendo política.