O.S.T. Everyday - Carly Comando
Eduard miró hacia arriba. Todo. Frente a sus ojos se aglomeraron más de mil siglos de luz y vacío. Miles de millones de motas de polvo tan brillantes, tan increíblemente hermosas y preciadas que no existirían lágrimas suficientes para llorar la pérdida de tan sólo una de ellas. El tiempo dejó de fluir y se abrió a sus pies como un gran abanico. Cada parpadeo generó nuevos caminos entre los sucesos que alguna vez habían ocurrido, que ocurrían o que estaban por ocurrir. El eterno "Por qué" humano abandonó su cabeza ante la inmensa certidumbre de lo infinito. Eduard ya no era Eduard. Un escalofrío le acarició lo que había sido su espalda y sintió una imperiosa necesidad.
Movió la mano.
Y todo cuanto nunca pudo ser, fue.
Nota: Con este post inauguro una sección de microrrelatos que me ha dado por escribir al oír una canción.