Revista Literatura
Porque sí
Publicado el 25 octubre 2009 por Mqdlv
Algunos eufemismos pasaron con más penas que otros. Algunas noches me reconfortaron menos, otras más, como esta que me lleva de la cama y el libro al escritorio y las teclas. Algunas preguntas se resolvieron solas, otras todavía están: olvidadas. Algunos vientos me sacudieron arremolinada mientras que, otros, me elevaron como arena sobre el mar. Algunos días parecen iguales a sus sucesivos, y sin embargo no se acercan en nada. Algunas veces, todavía, me pregunto dónde está el botón que enciende sonrisas, el mismo que apaga ilusión. No lo sé, y empiezo a entender que esa es una de las preguntas a abandonar en el mismo recodo que al hipo del capricho, junto al ego sin plural. Porque ante lo inevitable, paciencia. Hay días que quiero estallar rondas de imanes, como si me tratara, yo, de energía para regalar, y otros, bajo el mismo sol, bajo el mismo cielo, en la misma ciudad, frente a la misma pantalla, sosteniendo el mismo libro, mordiendo estos mismos dientes, sólo quiero morir. La edad cala estas distancias; la experiencia –a su salud- las convierte en espejos con tiempo, conciencia, explicación y amparada en nada moraleja. La nada, la nada. Esa a la que, más tarde unos que otros, todos perteneceremos.