-Leonor está comiendo porquerías. Fue lo primero que atiné a responder cuando mi madre me preguntó qué estaba haciendo mi hermana. -¡Porquerías!-Sí, allá en el corral.Por un instante se quedó rígida y su rostro pareció oscurecerse, pero enseguida largó el tejido y salió corriendo hacia afuera.Yo era pequeña, pero sabía muy bien lo difícil que sería compartir el amor de mis padres con esa chiquilla entrometida. Sí, la empujé a propósito. Su cuerpecito se balanceó sobre la cerca y luego cayó de espaldas sobre aquel revuelto asqueroso de lodo y mierda de la porqueriza. Entonces esos monstruos chillones de piel rosa pálido avanzaron a los trompicones y comenzaron a… No recuerdo más, sólo me veo parada, sosteniendo la puerta mosquitero de la cocina de la granja, respondiéndole a mi madre: -Leonor está comiendo porquerías.
Porquerías
Publicado el 30 julio 2012 por Humbertodib-Leonor está comiendo porquerías. Fue lo primero que atiné a responder cuando mi madre me preguntó qué estaba haciendo mi hermana. -¡Porquerías!-Sí, allá en el corral.Por un instante se quedó rígida y su rostro pareció oscurecerse, pero enseguida largó el tejido y salió corriendo hacia afuera.Yo era pequeña, pero sabía muy bien lo difícil que sería compartir el amor de mis padres con esa chiquilla entrometida. Sí, la empujé a propósito. Su cuerpecito se balanceó sobre la cerca y luego cayó de espaldas sobre aquel revuelto asqueroso de lodo y mierda de la porqueriza. Entonces esos monstruos chillones de piel rosa pálido avanzaron a los trompicones y comenzaron a… No recuerdo más, sólo me veo parada, sosteniendo la puerta mosquitero de la cocina de la granja, respondiéndole a mi madre: -Leonor está comiendo porquerías.