El Otoño está a punto de dejarnos. Casi ha perdido su capa de ocres anaranjados y dorados. Es como si la Naturaleza se despojara de esta vistosidad y se preparara para sumirse en el silencioso letargo invernal. Y estos sentimientos también pueden llegar a invadirnos aunque el ser humano, afortunadamente, sabe cómo defenderse y seguir apostando siempre por la vida. Estoy pensando en las festividades que se avecinan y que, desde distintos puntos de vista, son capaces de irradiar luz, alegría y esperanza a esta Humanidad que parece debatirse en la eterna contradicción que plantea la vida.Esto me sugiere la acuarela que presento.
Acostumbro a trabajar siempre sobre mis propias fotografías, impresiones, etc. y refiero a menudo que me gusta "haber pateado " el sitio y tener impresiones personales del lugar; despues puede venir la recreación pictórica con sugerencias y recursos que nos encontramos por el camino... y que vienen a enriquecer el trabajo.Y, al final, la obra se independiza de todo y puede llegar a cobrar vida propia...
Esto es uno de los posibles procesos creativos que a mí me sirve. Pero esta vez no ha sido así y la imagen la tomé "prestada" de una portada de uno de los discos de vinilo de la colección Deustche Grammophon con música de Beethoven y Schubert, que aún conservo y que me resisto a abandonar sin saber por qué.