Leo en El País que el ayuntamiento de Barcelona ha detectado 2.865 escolares con malnutrición. Son muchos y es muy mala noticia. Creo que se imponen dos cosas:
La primera, que los sistemas de detección y los instrumentos que se utilicen sean lo más científicos posible. Esto es, que sean objetivos, rigurosos y eficaces y que puedan ofrecer datos contrastados. Que puedan acercarnos también el origen de esa malnutrición. Creo que, para ello, la coordinación entre pediatría, escuela y servicios sociales es básica (me da la impresión, igual equivocada, que eso es más sencillo en los pueblos pequeños que en las grandes ciudades). La segunda, no podemos permitir que haya un solo niño desnutrido. ***
De Cartones y hombres, de Factoría Los Sánchez, vuelve mañana al Almazen en la última representación de la temporada. ¡No se la pierdan!
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