Crioterapia (frío), termoterapia (calor) y contrastes.
La crioterapia (uso de frío como agente terapéutico), la termoterapia (uso de calor como agente terapéutico) y los contrastes térmicos (utilización de ambos con cambios relativamente bruscos) representan algunas de las bases actuales (y a la vez más caseras) tanto de recuperación tras un esfuerzo físico como en tratamiento de lesiones.La crioterapia, como hemos mencionado anteriormente, se fundamenta en el uso de frío como agente terapéutico y posee efectos fisiológicos tan destacados como la disminución (sí, disminución) del flujo sanguíneo y en definitiva del drenaje vascular y linfático, antiinflamatorio, disminución de temperatura y metabolismo celular, y disminución del edema, del dolor y del espasmo muscular, así como de la velocidad de conducción nerviosa.
Esto es debido a que el frío funciona como vasoconstrictor (este efecto se da principalmente a partir de los 10 minutos con frío, y no sería recomendable extenderlo más allá de los 20 debido al ‘’efecto oscilante’’ de Clarke y Lewis, volviendo a producir vasodilatación). Encontramos indicada la crioterapia ante lesiones como esguinces, tendinitis, dolores musculares, roturas musculares y contusiones (además de influir positivamente en la recuperación post-ejercicio).
En cuanto a la termoterapia, nos encontramos ante el efecto contrario: aumento del flujo sanguíneo (y por tanto del aporte de oxígeno y nutrientes y del drenaje linfático), aumento del metabolismo y temperatura locales, reducción del dolor, aumento de la elasticidad de músculos, ligamentos y tendones, antiespasmódico y antiinflamatorio. Este tratamiento está indicado ante procesos inflamatorios crónicos y subagudos, contracturas, espasmos musculares, cuadros postraumáticos y afecciones articulares (entre los que destaca la epicondilitis o codo de tenista).Respecto a los contrastes térmicos, entre sus principales valedores encontramos el favorecimiento de reabsorción de edemas (alterna vasoconstricción-vasodilatación), y su utilización principalmente en el tratamiento de lesiones a partir de las 72 horas. A modo de guía, la utilización de agua caliente (38-40 grados) y fría (13-18 grados) debe ser recomendablemente utilizada de la siguiente forma: alternancia de períodos de frío (más cortos que los de calor, por ejemplo, 1 minuto de frío por 3 de calor) comenzando por un período de frío (desinflamación o ‘’vaciado’’), con un número de períodos variable. Por ejemplo: 1’ frío, 3’calor, 1’frío, 3’calor, 1’ frío, 3’calor,1’ frío.
EDITOR :
Articulo escrito por : Estudiante de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF) en la Universidad de León
Twitter: @joriol3abidal