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Postales

Publicado el 14 septiembre 2010 por Julianotal @mundopario
Postales

“el mundo es el infierno, y los hombres se dividen en almas atormentadas y diablos atormentadores”.
Schopenhauer

En el transcurso de tan solo diez cuadras que me separan de la estación de Liniers hasta mi casa, observé tres postales dignas de mencionar. En un mundo donde transcurre tan rápido y no hay capacidad ni posibilidad de contemplar la exteriorización de los sentimientos, ahí estaban. Tres vívidos cuadros llenos de expresión.
1) “La espera”: mientras doblaba por Cuzco buscando la avenida, se presentó ante mí la imagen clara de un hombre de aproximadamente treinta años mirando desde la esquina que enfrenta la iglesia a la muchedumbre que deambulaba aceleradamente. Sus expresiones denotaban impaciencia y expectativas. Ese momento de tensión se podía interpretar claramente con la espera de una mujer, la mujer. En su rostro se despegaban gestos de nerviosismo, pasaban segundos que para él significaban siglos. Acomodó su muñeca buscando el reloj. Cuando elevó la vista sus ojos anunciaban tormenta.
2) “Pareja con cantero”: no estoy seguro si la calle era Gana pero, paradójicamente, si se llama así estaba en presencia de la pérdida de algo. Una pareja estaba sentada sobre un cantero mirando a la calle, detrás el hotel. El hombre con mirada perdida pero fuerte, como alguien que acaba de tomar una decisión difícil aunque trascendental. Al lado, la chica lo mira desconsoladamente, le busca los ojos. Él la evita. En el transcurso que los cruzo, ella cubría su rostro comenzando el llanto. Él seguía inmutable.
3) “Deseo animal”: Cuando agarraba Alvarez Jonte, a la altura de la cancha de Velez, un perro arrinconaba a la hembra. Saltaba alrededor de ella, le imponía un cerco mientras le ladraba desesperado. La perra no manifestaba interés, más bien se asustaba y se quedaba quieta. El perro se inquietaba, no le encontraba la vuelta al asunto. Bastaron segundos para la llegada del tercero en discordia para que le escupiera el estofado.
Minutos después estaba en casa, pensando que había visto pasar la historia de mis últimos años… y muy bien representados.

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