Para el verano del 2008 escogimos un destino más cercano, el Alto Aragón.
Durante una semana recorrimos la mayoría de lugares y paisajes de la zona comprendida entre Huesca ciudad y los Pirineos, siempre acompañado de mi Fuji Finepix S9600. Si he de elegir una imagen, me quedo con esta postal de Torla, la puerta de entrada al parque natural de Ordesa.
Una cosa que llama la atención de Aragón y yo diría que gran parte del interior de la Península Ibérica es el estado de dejadez y abandono de gran parte de sus lugares más significativos, seguramente debido a la industrialización del país en el último tercio del siglo XX. Dicha dejadez de aprecia en la vieja estación de Canfranc, donde reposan viejos vagones en vías literalmente muertas.
Pero no todo es abandono y muchos sitios han sabido atraer la atención del turismo, como el caso de Aínsa, un bonito pueblo que no tenñeis que dejar de visitar si viajáis por el Alto Aragón. Aquí una vista de la Plaza Mayor desde el alto campanario de la iglesia.
Es más, incluso lugares que habían sido abandonados, como el caso del pequeño pueblo de Lanuza, cerca de Sallent de Gállego, que fue desalojado por la construccion de una presa, han sido reconstruídos por sus antiguos habitantes, salvándolos del olvido. Os muestro esta foto tomada desde la carretera para cerrar este post.
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Alto Aragón.