No había pisado suelo mallorquín desde el viaje de fin de curso de 8º de EGB, más de 30 años atrás, así que ya era hora de regresar y redescubrir esta isla que tenemos tan cerca, y he de añadir que hacerlo en otoño te permite ver cosas que no son tan accesibles en verano, aunque también es verdad que anochece antes y hay muchos sitios cerrados.
Palma de Mallorca es una ciudad bastante acogedora. Vale la pena callejear por el casco antiguo, alrededor de la catedral, y pararse a contemplar algunos de los muchos patios interiores de sus casas. Y como he dicho antes, en otoño no sientes la presión de las masas de turistas. Entre la catedral y el puerto han arreglado un parque bastante majo, con un lago artificial en el que se refleja la catedral cuando el aire está en calma, y no cuando está a punto de caer una tormenta.
Cerca de Palma hacia el oeste está la localidad de Andratx, que tiene una parte de interior, con la iglesia y el ayuntamiento, y otra de costa con el puerto y todas las instalaciones turísticas.
Un poco más al oeste, en la punta de la isla, está el pequeño pueblo de Sant Elm, frente al cual aparece la isla de Dragonera cuya silueta parece un dragón. Al atardecer es cuando más se aprecia.
Hacia el norte de Palma, en pleno centro de la Serra de Tramuntana encontramos la localidad de Sóller. Merece la pena llegar por la carretera vieja en lugar de por el túnel. Sóller es muy conocida por los viejos trenes que la unen con Palma y con el Port de Sóller. Si no me equivoco, estos trenes provienen de viejos tranvías de Lisboa.
Un lugar que merece mucho la pena visitar, o al menos me lo pareció a mí, es el pueblo de Sineu, en el centro de la isla de Mallorca, y sobre todo si la visita se hace en miércoles, día de mercado, porque el Mercat de Sineu es todo un espectáculo. El centro del pueblo se llena de paradas en las que se venden productos de la isla, e incluso animales de granja vivos. La foto de la sobrasada que abre el post está tomada en ese mercado.
Hacia el sureste de la isla, cerca de Felanitx, tenemos el pequeño pueblo marinero de Portocolom, que es uno de los pocos puertos naturales de la isla. No creo que en verano esté tan tranquilo como se muestra en otoño.
La zona más agreste de la isla es sin duda la Serra de Tramuntana, en toda la zona costera que mira hacia la península. Cuando te mueves por ella no puedes creer que aquellas montañas estén en una isla turística famosa por sus playas. Es más, en invierno es bastante habitual que nieve. En esta zona hay un paraje realmente espectacular, que es Sa Calobra y la carretera que lleva hasta él. Se trata de una carretera estrecha y revirada que va desde la carretera principal que bordea la Serra de Tramuntana hasta una cala escondida entre rocas. En verano es bastante frecuentada por autocares de turistas, por lo que las vistas desde las ventanillas deben ser de vértigo. En la parte más alta hay una curva de 270º llamada "el nus de corbata".
Al final de la carretera de Sa Calobra llegamos evidentemente a Sa Calobra, que realmente debe su nombre a la carretera, "la culebra" en mallorquín. Seguro que el nombre le viene por las curvas. Se trata de una pequeña cala con varios restaurantes alrededor. A un lado sale un pequeño camino que conduce a la pequeña cala donde desemboca el Torrent de Pareis, un lugar realmente espectacular.
Viajando hacia el norte por la Serra de Tramuntana llegamos a la zona de Formentor, la parte más septentrional de la isla, con unos acantilados espectaculares. La carretera al faro es bastante estrecha y con curvas, pero vale la pena acercarse e intentar vislumbrar la isla de Menorca en el horizonte.
Cuando viajas por el interior de la isla de Mallorca, en algún momento te puedes llevar la impresión de que estás moviéndote por paisajes manchegos, y eso es porque son bastante habituales los molinos de viento, muy parecidos a los de La Mancha. Cada vez van quedando menos, pero por la zona de Algaida aún hay bastantes en buen estado.
Estuve en un montón de sitios más que no menciono en este post para no alargarlo más, pero esto es lo más destacado. Tengo que regresar a esta isla en otra época del año, si es posible que no sea verano, pero si no tengo otra opción, no me importaría repetir en otoño.
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Mallorca, Balears.