Revista Talentos
Estoy rodeada de una masa dulzona y gelatinosa. Se comprime mi tórax mientras lucho por respirar en el espacio ajustado en el que estoy incrustada. No puedo ir ni hacia adelante ni hacia atrás. Con un estertor consigo liberar una de mis alas. ¿¡Quién me mandaría meterme en aquel flan!?